huelga de la limpieza

La huelga de limpieza se transforma en protestas de la plantilla en la calle

Los trabajadores reanudan la actividad a petición de los dos compañeros despedidos, que mantienen su huelga de hambre

CÁD IZ. Actualizado: Guardar
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Los trabajadores del servicio de limpieza y recogida de basuras de Cádiz decidieron anoche cambiar la huelga que mantenían desde el pasado martes por movilizaciones puntuales. La plantilla de la adjudicataria de este servicio municipal, Sufi-Cointer, se puso en huelga para exigir la readmisión de dos compañeros despedidos, Tomás Calvo y Joaquín García, principales 'cabecillas' de la huelga de limpieza que tuvo lugar en la ciudad el pasado julio durante la Gran Regata. Ambos continúan su huelga de hambre. Precisamente estas dos personas fueron las que pidieron anoche a sus compañeros que cesara la protesta y se transformara la huelga en manifestaciones en la calle. La primera será mañana a las 11 horas en la plaza de San Juan de Dios.

La huelga de hambre indefinida que iniciaron los trabajadores Tomás Calvo y Joaquín García el pasado 23 de septiembre dio pie a otro paro en los servicios de limpieza de calles y recogida de basuras de Cádiz. Con esta última iniciativa, los empleados de Sufi-Cointer intentaban apoyar a ambos compañeros, «despedidos por señalarse durante la huelga de basuras de julio», según anunció el comité de empresa, y que mantuvo en jaque a la ciudad durante los días de la celebración de la Gran Regata. Pero esta última llamada a la huelga ha sido una de las más raras vistas nunca en la provincia. Nació con el desacuerdo de parte de la plantilla y de su comité de empresa pero con el apoyo incondicional de los sindicatos UGT y CC OO. Para mediar en el conflicto intervino el Sistema Extrajudicial de Conflictos Laborales de Andalucía (Sercla), que no consiguió su objetivo y tras varios amagos, el pasado 16 de octubre comenzó en Cádiz la segunda huelga de basuras del año.

En ningún momento ha sido una huelga que se haya notado en las calles de la ciudad, bien porque los servicios mínimos eran muy amplios (como denunciaban miembros del comité) o bien porque no todos los trabajadores siguieron las consignas de sus representantes sindicales. También hubo una denuncia del comité de empresa para señalar que los empleados sufrían amenazas por parte de Sufi-Cointer para que acudiesen puntualmente a su trabajo. Desde IU y CC OO de Cádiz también se pidió que interviniese la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, puesto que el Ayuntamiento es la entidad pública que ha subcontratado el servicio a Sufi. Por su parte, la alcaldesa remitió a los dos trabajadores en huelga de hambre a los Tribunales y no quiso mediar «en un conflicto que tienen trabajadores y empresa».