temporal | CÁDIZ

Las primeras lluvias ahogan la Bahía

La capital, donde cayeron hasta 87 litros por metro cuadrado, se llevó la peor parte

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Una depresión sobre el Atlántico es la causante de las primeras lluvias que llegaron ayer a la provincia. Unas precipitaciones que ahogaron varios puntos de la Bahía, sobre todo en la capital y en San Fernando. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) activaba la alerta naranja por riesgo importante de lluvias. La previsión se cumplió casi a rajatabla porque las lluvias fueron muy intensas en la Bahía desde primera hora de la mañana hasta pasadas las cinco. A partir de esa hora se fueron desplazando hacia el Estrecho. Para hoy se mantiene activada la alerta, pero se rebaja a un nivel (amarillo) ante la previsión de precipitaciones y tormentas pero de menor intensidad.

La más afectada

Fue la ciudad más castigada por los efectos de la lluvia al soportar hasta 87 litros por metro cuadrado frente a los 65,2 registrados en San Fernando o los 61,8 de Medina, que fueron los siguientes valores más altos, según la información facilitada por la AEMET. De las 80 intervenciones que realizaron los bomberos en distintos puntos de la provincia, la capital concentró una quincena de ellas. Los barrios de La Laguna y el casco antiguo fueron las zonas que se llevaron la peor parte, una vez más. Sirva de ejemplo la imagen de un joven que sacó una moto acuática junto a los bajos del Estadio Carranza que quedaron completamente anegados, al igual que el resto de locales, garajes y bajos. Las obras en las zonas junto a Tribuna y Fondo Norte complicaron las labores de achique. Según confirmaron desde el Consorcio Provincial de Bomberos, debido a esa circunstancia, los efectivos no podían entrar para retirar líquido.

Las bolsas de agua acumulada en las vías por culpa de unos husillos que no soportaron el caudal de entrada fueron también una estampa que se vio en distintos puntos de la ciudad, desde la Zona Franca hasta el aparcamiento de Canalejas, donde un coche de la Policía Local tuvo que realizar señales luminosas a los conductores dada la crecida de un gigantesco charco. En el balance de incidencias remitido por el Ayuntamiento de Cádiz se destacaba que los problemas derivados de la lluvia habían sido «puntuales» y subrayaba que «la red de saneamiento había respondido con normalidad».

En el casco antiguo la mayoría de las intervenciones de los bomberos fue por saneamiento de fachadas y retirada de elementos. La actuación más relevante, porque tuvo como consecuencia el desalojo de dos personas, ocurrió en la calle Adolfo de Castro. Una bolsa de agua acumulada en la azotea del edificio provocó el desplome parcial del techo de la segunda planta.

También muchos comerciantes del casco antiguo tuvieron que emplearse a fondo para sacar el agua que se había colado en sus locales. Algunos se lamentaban de la jornada de trabajo perdida por culpa de los aguaceros y evaluaban ya posibles daños. Por suerte, la situación meteorológica fue mejorando por la tarde cuando dejó de llover.

Piscinas en las calles

Casas y naves anegadas en La Isla. Ésa fue la consecuencia que tuvo la lluvia en la ciudad. Diferentes zonas se vieron afectadas y el agua impidió que muchos vecinos no pudieran salir de sus casas; es el caso de San Onofre, en la zona conocida como la de los pescadores. La Policía Nacional cortó el tráfico de un tramo de la calle ya que la vía se encontraba totalmente cubierta de agua. Incluso hubo propietarios que tuvieron que ingeniárselas para entrar, como la encargada de un bar que lo hizo por una ventana de una calle aledaña. Al menos el agua no entró en las casas, algo que sí ocurrió en las inmediaciones de la plaza de toro y su salida hacia Montañeses. Allí los residentes tuvieron que hacer frente con cubo y recogedores al agua que entraba en sus viviendas. Una estampa que se repitió en otros lugares como el Polígono Industrial de Fadricas, que en los momentos más intensos de lluvia el agua llegó casi hasta por la cintura y se coló en las naves.

La Casería, Pery Junquera, Bazán, casi todas las zonas de San Fernando tuvieron dificultades de accesos como consecuencia de la tromba. Los vecinos más afectados se quejan de la falta de limpieza y la estrechez de los husillos que hacen que se colapsen o incluso revienten las alcantarillas y por tanto las calles se conviertan en piscinas. Eso sí, las mejoras acometidas en la red ha impedido que haya males mayores. Hasta hace poco más de año y medio San Fernando se inundaba siempre, en especial la zona de San Onofre y Gallineras, que prácticamente ha solucionado este problema.

Alcantarillado preparado

A pesar de las abundantes y continuadas lluvias, que llegaron a alcanzar los 50 litros por metro cuadrado, Chiclana no sufrió ningún incidente de importancia, más allá de algunas acumulaciones de agua en las zonas más bajas del municipio. En el área urbana, las bolsas desaparecieron a las pocas horas de cesar las precipitaciones ya que entre agosto y septiembre se han llevado a cabo la limpieza de imbornables de 250 calles ante la llegada de las primeras lluvias. En puntos clave de inundaciones como La Longuera, la barriada de El Torno o la Avenida del Mueble, donde el agua llegó a alcanzar más de 20 centímetros de altura, a las dos de la tarde regresaba la normalidad. En cambio, en el extrarradio, donde muchas vías aún permanecen sin urbanizar, los grandes charcos sí permanecieron durante todo el día, sobre todo, en lugares donde las construcciones obstruyen la salida de los cauces de agua. Tanto es así, que en algunos casos, y a pesar de los badenes de contención que tienen algunas viviendas, el agua consiguió entrar.

Los bomberos intervinieron en cuatro ocasiones a primera horas de la mañana: en la Urbanización Villa Elisa, en el Callejón de La Pedrera, en el Camino de Genil y en la calle Sinfonía. Antes de las doce del medio día estos incidentes quedaron solventados. Los tres primeros fueron achiques en vía pública y el último en una vivienda.

Extremar la precaución

Los bomberos realizaron doce salidas, la mayoría relacionadas con achiques de agua en las zonas que habitualmente se anegan, como la rotonda del Carrefour, la ronda de Las Dunas y plaza Tula Ruiz Golluri. En cuanto a las propiedades particulares, se solicitó el servicio en viviendas de las calle Pajar, Luna y en un local de la calle Fragata. También hubo que sanear la red en la calle San Bartolomé, misma calle donde también se desprendió parte de una cornisa, incidente que no provocó heridos y por el que quedó afectado un vehículo. El concejal de Policía Local, Carlos Coronado, hizo un llamamiento a la ciudadanía para que extreme las precauciones con la seguridad vial tanto en el casco urbano como en el extrarradio.

A lo largo de la mañana se intervino en varios colegios como el Marqués de Santa Cruz, Las Nieves (con filtraciones en el comedor), Guadelete y Sericícola. El caso más grave fue el del Marqués, que se vio afectado por un escape de aguas fecales. Las clases fueron suspendidas, los padres recogieron a los escolares, y de inmediato se personaron las autoridades sanitarias y educativas de la Junta, así como el edil municipal de Mantenimiento Urbano, Damián Bornes, y la de Educación, María Antonia Martínez. Ésta criticó que la Administración autonómica no ha atendido los requerimientos del Ayuntamiento para que subsane las deficiencias de este centro, donde desembocan todas las conducciones del Poblado Naval. Hoy está previsto que se retomen las clases.

Incidente en un colegio

En las localidades de La Janda no se registró ningún problema grave. Solo en Conil hubo grandes cantidades de agua, tanto en las zonas de playa como en las rurales, donde incluso hubo que actuar en una vivienda. También el colegio El Colorado sufrió una pequeña inundación en los patios, que fue resuelta sin afectar a los escolares.

Feria con paraguas

Las previsiones se cumplieron y la Feria de San Miguel arrancó marcada por la lluvia. La noche del miércoles una pequeña tregua permitió disfrutar algo de las atracciones a mitad de precio pero ayer el cielo se tiñó más de negro y el Real vio cómo más de 40 litros por metro cuadrado caían en pocas horas. No obstante, el hecho de que no se produjeran precipitaciones torrenciales permitió que en la localidad no se dieran problemas importantes.