El tesoro que escondía San Sebastián

La Caleta puede recorrerse en media hora y cien años después seguir sorprendiendo, como se ha demostrado durante los ocho días en los que ha permanecido abierto al público el Castillo de San Sebastián. Los visitantes y, sobre todo, los gaditanos han podido comprobar el tesoro que se escondía al final del empedrado del paseo Fernando Quiñones y que hoy, a las 20 horas, volverá a cerrarse, si bien ya se ha anunciado que en una de las zonas rehabilitadas, en las casamatas, se exhibirá la colección de 'Los interiores robados', de Vera Borja y González-Santiago

Durante del día de ayer, cientos de visitantes (aún no se ha hecho balance oficial, pero La Caleta fue un ir y venir constante durante todo el día) entraron curiosos en la otrora inexpugnable fortaleza aprovechando el buen día para comprobar el resultado de los trabajos de rehabilitación, que han tenido un presupuesto de 15 millones de euros y una duración de seis años. Y al entrar, la generalidad no sabía adónde acudir, si a las restauradas casamatas, si a la explanada habilitada en el entorno del faro -la ocasión de verlo tan de cerca era única- o al paseo situado en la parte final del Castillo y desde el que se contempla una vista única de la Bahía y, sobre todo, del resto de la ciudad. Las explicaciones que se impartían de manera gratuita sobre la historia del emplazamiento y su arquitectura fueron guiando a los visitantes por las distintas dependencias, en las que fotografías tomadas desde los móviles eran constantes.

Grandes y pequeños disfrutaron del regalo que se escondía tras la dura piedra de La Caleta y en los corrillos se escuchaba que debería estar abierto durante más tiempo. Las puertas de la doble isla defensiva se cerrarán pendientes de que comience la segunda fase de la rehabilitación del antiguo emplazamiento militar.