La Sierra muestra su devoción mariana

El sol comenzaba a aparecer entre las montañas y los pasos iban acelerándose. La Virgen de las Montañas se encontraba más cerca y cientos de romeros de Villamartín y la comarca recorrían los caminos de tierra con la intención de reencontrarse con su madre y protectora. En el santuario de Pajarete aguardaba la Virgen con un manto dorado y azul, consciente de que llegaba el momento de reencontrarse con su pueblo, aquel que nunca la olvida durante el año y la tiene siempre presente, sobre todo en momentos de grandes dificultades como los actuales.

El Simpecado llegaba a la ermita, haciendo los últimos metros entre un bonito paseo de caballistas, y las carrozas aparcaban a las puertas del santuario para que los romeros que venían en ellas, y los que llegaban a pie, se adentraran en el templo para escuchar la misa romera más esperada. Momentos de gran devoción y sentimiento durante la celebración del nacimiento de la Virgen, que es la festividad que se celebra cada ocho de septiembre, y nervios a la hora de bajar a la Santa desde su pedestal para adentrarla entre sus fieles.

Pasan las 13 horas y el repique de campanas anuncia el reencuentro con la Señora de Villamartín. El sonido romero que aportan los tamborileros acompañan los pasos de tan adorada imagen entre la muchedumbre, que va abriéndole hueco pero sin apartarse demasiado para poder contemplar a la Virgen Chiquita. Villamartín ya está unido a su Señora pero el leve recorrido de la misma por el paraje que hay junto al templo, donde las familias pasaban el día, concluyó en pocos minutos. Entre gritos y muestras de devoción, la Virgen volvió a su templo, dando el primer paso para el reencuentro en 2013.

Grazalema y Ubrique

Al caer el día, el protagonismo mariano se trasladó hasta Grazalema, donde la Virgen de los Ángeles fue la que recibió las muestras de cariño de sus fieles. En la parroquia de la Encarnación se llevó a cabo una misa en su honor y al caer la noche se inició el traslado hasta los Alamillos. Las antorchas iluminaron el camino a cientos de devotos que quisieron acompañar a la Virgen. Hoy serán Ubrique y Espera los que rindan homenaje a la Virgen de los Remedios y al Cristo de la Antigua con una procesión y el traslado al templo del Castillo de Fatetar, respectivamente.