Un conductor llena el depósio de su coche. :: RAFA GUTIERREZ
Economia

La gasolina sube a 1,44 euros y se acerca a máximos históricos

El petróleo baja por la incertidumbre sobre la economía china, pero llenar el depósito cuesta ya una media de 79 euros

MADRID. Actualizado: Guardar
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En el epicentro de las vacaciones de agosto, millones de españoles se echan a la carretera. La Dirección General de Tráfico prevé para este mes más de 40 millones de desplazamientos. Sube el número de viajes, aumentan las temperaturas, sube. La gasolina. Con la crisis económica apretando por todas las costuras, llenar el depósito de carburante se ha convertido en un ejercicio deprimente. Durante la primera semana de agosto el precio del litro de gasolina ha crecido un 0,77% y se sitúa ya en 1,44 euros. No es el récord absoluto, pero sí el registro más alto desde el pasado mes de abril cuando, aquella vez sí, se rompió el techo, con el litro a casi 1,50 (1,498). Queda el consuelo de que el gasóleo ha encadenado su segunda semana de bajada: tras caer un 0,94%, se coloca en 1,361 euros.

Llenar de gasolina un vehículo con un depósito de 55 litros cuesta más de 79 euros, 4,7 más que hace un año. Si es de gasoil, unos 74,8 euros, lo que supone un incremento de más de 4,4 euros respecto a agosto de 2011. Desde que comenzara el año, el litro de gasolina se ha encarecido 8 céntimos, mientras que el de gasoil ha subido de forma bastante más moderada (3 céntimos).

Pero lo que más cala entre los usuarios es la percepción de que la gasolina casi siempre sube, independientemente del comportamiento del precio del barril Brent (el de referencia en el mercado europeo), o de la demanda internacional de crudo. Por ejemplo, a finales de marzo el precio del barril estaba en 123,98 dólares. La gasolina se vendía a 1,47 euros el litro. Ayer, el Brent cotizaba a 112 dólares, y la gasolina a solo 3 céntimos menos que entonces. El mercado de crudo ha acusado las malas noticias provenientes de China. El gigante asiático, que ha anunciado las peores cifras de exportación desde enero, en parte por la débil demanda de la zona euro, está viendo cómo se desacelera su economía, lo que hacen temer una reducción de la demanda energética en el país.

La Comisión Nacional de la Competencia denunciaba en julio las «asimetrías» en la rapidez con que sube y baja la gasolina: es decir, un aumento vertiginoso en los precios en función del encarecimiento de los carburantes, y su lenta disminución cuando éstos descienden. «El efecto sobre los precios minoristas es más rápido cuando hay un incremento que cuando se produce una reducción del coste de importación», sentencia el informe. El análisis revelaba la relación directa entre la concentración de la oferta de estaciones de servicio en una determinada provincia y los precios medios antes de impuestos en ese territorio. Como solución al alza de precios proponía «un aumento de la competencia», mediante la «reducción de las barreras de entrada y expansión de los operadores petroleros».

El problema, según algunos expertos, es que el precio de los carburantes no parece regirse por la ley de la oferta y la demanda. Por ejemplo, la demanda interna de combustible para automoción cayó en España un 6,6% en el año pasado, mientras que el precio de la gasolina aumentó un 5,46% y el del gasóleo casi un 10%. Como productos de inversión, en demasiadas ocasiones los combustibles son pasto de movimientos especulativos, añaden otras voces.

Depreciación del euro

Otro de los muchos factores que marcan los vaivenes de precios finales de los carburantes es la cotización del euro frente al dólar, la moneda que manda en el mercado del crudo. La depreciación de la divisa europea frente a la estadounidense experimentada en los últimos meses ha encarecido la importación del crudo. La lógica dicta que si en un futuro se produce una revalorización del euro, debería llevar aparejada una reducción en el precio del combustible. Como también deberían influir las perspectivas de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) sobre la demanda mundial de petróleo para este año y el siguiente. El organismo ha revisado a la baja su previsión entre 300.000 y 400.000 barriles por día debido a «unos pronósticos económicos más débiles» para el periodo en análisis.