ANDALUCÍA

Un alto funcionario prestigioso y curtido en la diplomacia

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Cuando llegó a la Consejería, el pasado abril, Luis Planas reunió a sus funcionarios y les presentó una especie de decálogo, un prontuario de instrucciones para definir lo que esperaba de ellos. El primer mandamiento es que hagan lo que tengan que hacer, por encima de todo y en todo momento. El segundo, que no adquieran compromisos que no puedan cumplir.

El rigor y la seriedad en el servicio público constituyen uno de los nortes de este político de larga trayectoria, claro espécimen de alto funcionario que además ha incorporado las destrezas de la diplomacia en su desempeño. Así se gana el respeto, incluso el asombro, de quienes le tratan y aporta al Ejecutivo un plus de solvencia más necesario aún en estos tiempos críticos, y en una de las carteras clave de Andalucía, que ha visto incrementadas sus competencias hasta multiplicarlas por tres. Quienes le conocen de sus anteriores cargos hablan de él como uno de esos españoles y andaluces que han hecho mucho por su país y que merecen que se sepa.

Para su staff actual ha contado con gente de la casa o altos funcionarios de reconocida trayectoria, al frente de los cuales puso como viceconsejero a Juan Antonio Cortecero y se trajo a Sergio Moreno, a quien encargó la Secretaría General del Agua. Comenzó una intensa agenda, de acuerdo con los múltiples frentes abiertos en sus complejas áreas de trabajo.

A todas ellas Planas aporta su amplia experiencia: viene de Bruselas, donde hasta diciembre fue embajador de España ante la UE y conoce de primer a mano no solo los entresijos de la política comunitaria, y la agraria en particular, sino las claves de la actual crisis y a los principales actores de la misma (Merkel, Barroso, Draghi, Monti etcétera). Participó activamente en las negociaciones de aquellos tensos días e incluso se le atribuye un margen de maniobra importante en conseguir sacar a España del foco y derivar la atención hacia Italia. Eran los tiempos en que parecía que el mundo se hundía porque la prima de riesgo llegaba a los 350 puntos.

Su cese fulminante en el puesto al llegar el PP provocó malestar en la COREPER, la comisión de representaciones permanentes, el más importante órgano comunitario 'en la sombra', que le rindió un homenaje de despedida. En la capital belga, a donde llegó como jefe de gabinete de Pedro Solbes, se le consideraba el 'alter ego' del entonces poderoso comisario de Asuntos Económicos. En su etapa de europarlamentario socialista colaboró estrechamente con el hoy ministro Miguel Arias, entonces en la bancada del del Grupo Popular Europeo, para defender juntos los intereses de España en la PAC.

Pero quizás más destacada aún fue su gestión como embajador en Marruecos entre 2004 y 2010. Le tocó recomponer relaciones tras la crisis de Perejil y logró mantener una comunicación fluida, desfaciendo constantes entuertos, gracias a la estrecha relación que estableció con la familia real alauí.

Además, Luis Planas, cordobés aunque nacido en Valencia en 1952, ha sido consejero de Agricultura (1993-94) y de Presidencia (94-96) y diputado, senador y parlamentario andaluz. Licenciado en Derecho, es inspector de Trabajo, como el presidente Griñán, de quien se considera de máxima confianza. Antes de aceptar su actual cargo, tras cesar en Bruselas, volvió a su profesión, a recorrer tajos y comprobar en vivo y en directo cómo están las cosas en la dura calle.