LA MEJOR OPCIÓN

O la mejor alternativa, depende de cómo se mire. Al menos, a ello se aferra la afición quejosa por el declive institucional de Carranza, pero animada por la entrega de los futbolistas en el último partido, que, haciendo lo más difícil, no lograron contener el temple frío hasta el final y arrastran de nuevo a todos a la B de las Segundas, donde, al menos, ya se conocen las adversidades varias con las que tocará de nuevo competir.

La crisis económica que azota a la entidad gaditana, con la afición clamando al cielo por no disfrutar de la Segunda otro año más, ha enviciado el rumbo institucional de un equipo que necesita cambio. A la deriva en los resultados deportivos, en el terreno económico, en lo deportivo, pero, sin duda alguna, donde más se resiente, en la parcela de lo institucional: volver a creer en los valores.

Para hablar de crisis, cabe primero preguntarse: ¿significado?. Pues bien, crisis, según la Real Academia Española es: «Problema, conflicto. Situación delicada». En Carranza, la situación del club se hace cada vez más fina, como si en un papel de fumar tuvieran que llegar a firmarse los acuerdos pendientes. Los conflictos entre las partes económicas e institucionales esperan el momento. Uno o varios de los individuos que las conforman nombrarán a las personas que han de sustituirlos para gestionar esta parcela. Asimismo, el problema deben tenerlo todos los demás, porque ante situaciones en las que se necesita transformar lo pasado en energía nueva, poco se escucha hablar de Proyecto, Cantera, Valores, Dirección de Recursos Humanos, Selección y Formación de talento, Base necesaria para construir futuro, que por ahora es incierto.

¿Cómo hacer para ilusionar al aficionado? De estos jugadores solo se puede decir que la entrega ha sido total. ¿Qué queda? Por fortuna para los intereses de la ciudad, que ha sobrevivido a temporales y permanece con el mismo sueño, me da la sensación de que ninguna.