Opositores sirios expresan su repulsa al régimen de El-Asad en Idleb, ciudad próxima a Turquía. :: AFP
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Turquía busca respaldo internacional

El Gobierno de Erdogan recurre a la OTAN para que solucione su conflicto con Siria por el derribo de un caza en la frontera

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Turquía no piensa quedarse de brazos tras el derribo el viernes de un caza F4 Phantom por Siria. Mientras prosigue la búsqueda de los dos pilotos en el Mediterráneo, Ankara llevará el caso ante la OTAN, tal y como anunció la portavoz de la Alianza Oana Lungescu. «Turquía solicitó consultas de acuerdo con el artículo IV del Tratado fundacional de Washington de la OTAN. Bajo el artículo IV cualquier aliado puede pedir consultas cuando, en opinión de cualquiera de ellos, su integridad territorial, independencia política o seguridad sea amenazada», explicó la portavoz sobre una cita que tendrá lugar mañana en el marco del Consejo del Atlántico Norte, máximo órgano de decisión de la OTAN.

Las versiones de Damasco y Ankara son contradictorias. Turquía admite que su avión violó el espacio aéreo sirio, pero matiza que fue alcanzado «en espacio aéreo internacional a una distancia de trece millas de la costa, el espacio territorial son doce millas», declaró en una entrevista a la televisión pública TRT-1 el ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu. El responsable de la diplomacia turca informó además de que «el aparato tenía por misión poner a prueba el radar de defensa nacional, por eso efectuó un vuelo en solitario; era un mero vuelo de prueba. No tenía ninguna misión con respecto a Siria». Este sería el motivo por el que «no llevaba armamento. Ningún país mandaría un avión solitario y sin armas a una misión peligrosa». Siria mantiene que se trataba de un avión de combate no identificado y sobrevolando su espacio aéreo, por lo que ordenó abrir fuego. Damasco mantiene que no sabía que se trataba de una aeronave turca, algo que niegan sus vecinos que informaron de que el avión corrigió el rumbo tras ser advertido por los radares turcos, y sin que Siria hubiera emitido aviso alguno.

El suceso sigue concitando la atención de los distintos países implicados en la crisis que vive Siria desde hace diecisiete meses. Irán pidió «prudencia y moderación para preservar el equilibrio en toda la región» a las dos partes ante un suceso que Londres calificó de «indignante». El responsable de la diplomacia británica, William Hague, aseguró que Damasco «deberá responder por su comportamiento» y mostró su intención de pedir la adopción de «medidas contundentes» al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, anunciará mañana en el Parlamento las medidas de respuesta que pondrán en marcha, una respuesta para la que Turquía busca el máximo respaldo internacional y por ello recurrirá a la OTAN y a la ONU. Se trata del incidente más grave entre dos países vecinos que hasta el estallido de la revuelta contra Basar el-Asad eran aliados.