Observadores de Naciones Unidas revisan una de las casas atacadas en Hama (Siria). :: AFP
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Los tambores de guerra siembran el miedo en Damasco

Por primera vez desde el inicio de la revuelta, la capital sira vive una noche de intensos combates en uno de sus barrios principales

DAMASCO. Actualizado: Guardar
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37 cuerpos esperan en el interior de la morgue del hospital militar Tishreen de Damasco. Es el mayor funeral que celebra el centro sanitario más importante que tiene el Ejército en Siria desde el inicio de la revuelta hace quince meses y su máximo responsable, que pide mantener el anonimato por motivos de seguridad, culpa a la presencia de los observadores de Naciones Unidas. «Desde que están ellos tenemos más bajas, espero que se vayan pronto para solucionar este problema de una vez por todas», confiesa tras una ceremonia en la que ha dado el pésame a cada familia.

Los cuerpos se entregan de dos en dos, en cajas de pino cubiertas por la bandera nacional y se van metiendo en ambulancias que los llevan a sus localidades para el entierro. «¡Maldigo a los árabes por todo esto y pido a Alá que les castigue!», comenta entre sollozos la madre de Abdul Aziz. «Era un simple conductor de autobús, no hizo daño a nadie, ¿por qué lo mataron?», lamenta. El régimen de Bashar el-Asad asegura que ha perdido 3.500 hombres de sus fuerzas de seguridad, pero recuerda que tiene a sus órdenes un Ejército de 200.000 soldados.

El funeral múltiple en el patio trasero de este hospital es la consecuencia de un viernes de combates en las localidades de la periferia de Damasco y en algunos barrios de la propia capital como Mezze, zona donde hay varias embajadas, entre ellas la española, donde hubo disparos y explosiones hasta casi el amanecer, algo que nunca había ocurrido en la capital hasta el momento.

Miedo latente

¿Cuántas bajas sufrió el Ejército Sirio Libre? Imposible comprobarlo. «Antes lo veíamos por la televisión, pero ya está aquí. ¿Qué será de nosotros?», se pregunta Hussam, dueño de un pequeño hotel que, como todos, está prácticamente vacío desde febrero del pasado año. Como el resto de habitantes de la capital vive pegado a las noticias para intentar saber las causas de la batalla nocturna que algunos atribuyen al intento del Ejército de frenar el avance de insurgentes al interior de Damasco, y otros a una «operación de limpieza» en zonas donde la oposición armada comenzaba a consolidarse.

Hussam consulta la televisión oficial, que destaca el martirio de 57 soldados en todo el país. Mientras, canales árabes como Al-Yasirase centran en el bombardeo del Ejército sobre Deraa, al sur, donde al menos diecisiete personas han perdido la vida, según fuentes opositoras.

Facebook, por su parte, echa humo con la condena al ataque de Deraa y a los nuevos bombardeos contra Homs que habrían dejado más de diez muertos.

En un nuevo intento por recuperar el plan de paz de Kofi Annan, Rusia pidió ayer a la comunidad internacional una reunión de urgencia que sirva para impulsar la iniciativa planteada por el enviado especial de la Naciones Unidas y la Liga Árabe. «Cuanto antes, mejor. Siria se encuentra al borde de una guerra civil a gran escala. La oposición no cumple el punto sobre el cese de la violencia, y el Gobierno tampoco», aseguró el ministro de Exteriores del Kremlin, Serguéi Lavrov.