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Annan admite horrorizado su fracaso

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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El olor a sangre fresca de una nueva masacre en Siria persiguió ayer a Kofi Annan hasta la Asamblea General de la ONU, donde a tres meses de que le encargaran «el duro trabajo» de trabar la paz en Siria tuvo que enfrentarse a la hora de la verdad. «Hoy, a pesar de que las partes hayan aceptado el plan de paz de seis puntos y se haya desplegado una valiente misión de observadores para verificarlo, tengo que ser franco y decir que el plan no está siendo implementado».

Por el contrario, las masacres se han disparado. La de Al-Qubeir, ocurrida el miércoles es la tercera en dos semanas, con 78 muertos según la oposición, por mucho que el Gobierno de Bashar el-Asad la niegue e impida el acceso a los observadores de la ONU. «No podemos permitir que las matanzas sean parte de la realidad diaria de Siria», exhortó Annan.

La ONU ve un patrón sistemático de ataques contra la población civil que según el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Navy Pillay, «podría equivaler a crímenes contra la humanidad y otros crímenes internacionales». Pillay renovó su llamado al Consejo de Seguridad, donde Rusia y China bloquean cualquier acción contra Siria, para que remitan el caso al Tribunal Penal Internacional.

«La Comisión de Investigación ha recibido varias denuncias de violaciones cometidas por grupos armados progubernamentales que incluyen actos de tortura, ejecuciones, sumarias y secuestros, así como el uso de niños para tareas de camilleros y mensajeros», informó.

El Gobierno de El-Asad no es mejor que sus milicias. «Hay informes del uso generalizado de la tortura y de tratamiento cruel e inhumano de los detenidos, además de que los numerosos informes de violencia sexual contra los detenidos, incluyendo niños, siguen siendo de gran preocupación», enumeró Pillay. «Mi oficina ha recibido denuncias frescas de víctimas sobre múltiples fórmulas de tortura, incluyendo descargas eléctricas, palizas en posición de estrés, quemaduras de cigarrillos, ejecuciones ficticias y privación del sueño, así como torturas psicológicas que incluyen la amenaza de violar a miembros de su familia».