La oposición siria pide una intervención militar tras la matanza en la ciudad de Hula

La masacre de las tropas de Bashar el-Asad en la ciudad de Hula, en el centro de Siria, ha extinguido las pocas esperanzas que inspiraba el plan de paz acordado hace mes y medio por el Gobierno y el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan. A las reacciones de condena de la comunidad internacional por la matanza de 92 personas, entre ellas 32 niños menores de 10 años -según confirmaron los propios observadores de Naciones Unidas- se sumó ayer el reclamo de la oposición de una intervención militar extranjera para frenar a un régimen que ejerce una violencia desbocada.

«Pedimos medidas rápidas y decisivas para salvar a Siria con la creación de una alianza militar internacional capaz de lanzar ataques aéreos a los centros militares y de seguridad del régimen», demandó el opositor Ejército Libre Sirio en un comunicado. El llamamiento se produjo a la par que el jefe de los observadores de la ONU, el general Robert Mood, reconocía «la tragedia brutal» cometida por matones de El-Asad y «el uso de artillería pesada» contra la población civil.

Según el Consejo Nacional Sirio, el ataque comenzó el viernes al mediodía con «doce horas consecutivas de bombardeos» y se extendió hasta la madrugada del sábado. «Algunas víctimas murieron en el bombardeo y otras fueron masacradas a cuchillo», precisaron los líderes del órgano político de la oposición, al tiempo que recordaron que entre los fallecidos se encontraban «niños con las manos atadas» que fueron capturados por «leales a El-Asad en localidades cercanas».

Francia y Reino Unido lideraron las voces de condena con una firme petición al Consejo de Seguridad de la ONU para celebrar «una sesión urgente» en la que se acuerde una «fuerte respuesta» al régimen sirio. «Frente a este horror, la comunidad internacional debe movilizarse, subrayó el titular de Exteriores galo, Laurent Fabius.