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Hollande y Sarkozy parten como favoritos

La abstención y la indecisión pueden ser el factor sorpresa tras una campaña aburrida

PARÍS. Actualizado: Guardar
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El socialista François Hollande y el conservador Nicolas Sarkozy parten hoy favoritos, por este orden, en la primera vuelta de las presidenciales francesas para disputarse la jefatura del Estado el próximo 6 de mayo en el duelo decisivo. Los otros ocho candidatos en liza abrigan escasas esperanzas de pasar el corte clasificatorio, según los sondeos electorales. Los altos niveles de abstención y de indecisión en la ciudadanía pueden representar el factor sorpresa tras una campaña aburrida y devaluada por la crisis económica.

Los primeros de los 44,5 millones de franceses convocados a las urnas comenzaron a votar ayer a mediodía en Saint Pîerre et Miquelon, archipiélago en aguas atlánticas de Canadá, por la diferencia horaria. Les siguieron los inscritos en los territorios galos de Guyana y las islas del Caribe así como los franceses residentes en el continente americano, desde Quebec a Brasil. Pero el resultado del escrutinio no se conocerá oficialmente hasta que a las 20.00 horas de hoy cierren los últimos colegios electorales en la metrópoli.

La unanimidad es absoluta entre las empresas demoscópicas a la hora de señalar a Hollande y Sarkozy como los rivales de la gran final del 6 de mayo. La diferencia más corta entre el dúo de cabeza y el virtual tercer clasificado es de siete puntos en los estudios dados a conocer antes de la medianoche del viernes, tope legal de publicación. Pero la ventaja media se sitúa en torno a la decena de puntos, un abismo que se antoja insalvable.

Cinco de las siete principales empresas dan ganador a Hollande (27% a 30%) con márgenes sobre Sarkozy que oscilan entre el medio y los cinco puntos. En los otros dos sondeos los finalistas potenciales empatan con el 27% de los sufragios. Por consiguiente, ninguna encuesta coloca al presidente saliente en cabeza de la primera vuelta, en la que debería contentarse con porcentajes del 25% al 27%.

La ultraderechista Marine Le Pen (14% a 17%) aparece como la mejor situada para erigirse en la tercera candidatura en discordia. En todos los estudios, menos en uno saldado en tablas, supera a Jean-Luc Mélenchon, aspirante del Frente de Izquierda (12% a 15%). Cierra el trío perseguidor el centrista François Bayrou, atascado en torno al 10% de las intenciones de voto. A considerable distancia viajan los otros cinco candidatos, encabezados por la ecologista Eva Joly.

Escaso entusiasmo

Los especialistas también se muestran unánimes sobre el escaso entusiasmo suscitado por la campaña en un electorado tentado por el cambio de opinión y el voto anti más que pro. Según el instituto CSA, el 38% de los encuestados se declara todavía indeciso o dubitativo. El estudio 'Presidoscopie 2012' refleja que casi la mitad de los electores (48%) ha cambiado de idea sobre su voto una o más veces en los últimos siete meses. Los indecisos no saben, a partes iguales, si van a votar o abstenerse y, en caso de acudir a las urnas, si van a cambiar de papeleta a última hora.

A la volatilidad se suma el impacto de la abstención, que según las últimas estimaciones oscilará entre el 22% y el 23% del censo. Esta primera vuelta electoral cae en plenas vacaciones escolares en todo el país cuando la movilización oficial de llamamientos al civismo ha sido bastante menor que en precedentes comicios. Este inconveniente debe quedar compensado por el voto por poderes a una persona de confianza, pero se desconoce cuántos franceses han recurrido esta vez a ese procedimiento.

Tradicionalmente la abstención beneficia sobre todo a la derecha pues afecta más al electorado escorado a la izquierda, como obreros y jóvenes. Además los expertos subrayan que la baja participación se focaliza en las regiones más azotadas por la crisis y en las zonas industriales afectadas por la escalada del paro.

No falta quien apunta que esta confluencia de factores recuerda la situación de la primera vuelta de 2002 cuando el socialista Lionel Jospin, archifavorito en los sondeos, quedó eliminado por el ultraderechista Jean-Marie Le Pen. De ahí el obsesivo recordatorio de aquel trauma por parte de Hollande para evitar el riesgo de desmovilización de su electorado y lograr la participación más alta posible.

Sarkozy también pugna por sumar el mayor número de papeletas para capitalizar el efecto trampolín de pasar en cabeza la primera vuelta. El presidente saliente celebró el viernes su último mitin en Niza, enclave con elevado voto lepenista, en el que volvió a comparar a su rival con el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero. «Venid en masa a votar el domingo porque las fuerzas reunidas contra nosotros son muy grandes», imploró.