Alfredo Pérez Rubalcaba se dirige a los simpatizantes socialistas en el mitin de ayer en la localidad granadina de Atarfe. :: M. Á. MOLINA / EFE
ESPAÑA

Rajoy defiende sus recortes y está seguro de que la gente los «entiende»

Rubalcaba acusa al presidente del Gobierno de prometer el cambio para llegar a la Moncloa y dar luego «el cambiazo»

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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El presidente del Gobierno y el líder de la oposición se citaron en Andalucía para calentar la campaña de las elecciones autonómicas del 25 de marzo. En la localidad jienense de Andújar, Mariano Rajoy sostuvo que los españoles «entienden» la dureza de las reformas contra la crisis económica porque el Gobierno no ha actuado «caprichosamente» y ha cogido «el toro por los cuernos». No demasiado lejos de allí, en el municipio granadino de Atarfe, Alfredo Pérez Rubalcaba, acusó al PP de llegar al Gobierno con la promesa del cambio para dar después «el cambiazo».

Ambos se juegan mucho, quizás más el líder socialista, en las elecciones andaluzas, que coincidirán con las del Principado de Asturias, y demostraron desde el primer día que están dispuestos a poner toda la carne en el asador. Rajoy defendió su calendario de reformas, aunque aseguró ser consciente de que son «difíciles y duras» y tardarán en producir efecto. Mencionó en especial la reforma laboral, a la que definió una vez más como «justa y necesaria» porque no es de recibo «contemplar sin más la situación de quienes no pueden trabajar». Rajoy sostuvo que «la obligación de un gobierno es gobernar, y nadie podrá decir que no lo estamos haciendo o que no explicamos las decisiones», sentenció.

El presidente del Gobierno, a diferencia de otros dirigentes del PP e incluso ministros, rechazó echar la vista atrás para justificar las medidas de ajuste «porque mirar lo que pasó o lo que hemos encontrado no sirve para nada». No obstante, quiso marcar distancias con el Gobierno socialista al subrayar que a diferencia de José Luis Rodríguez Zapatero, él presentó un plan en su discurso de investidura y se está cumpliendo. «Esa es la línea marcada y la vamos a seguir», insistió, porque «hay muchos españoles que lo entienden y por eso vamos a superar esta situación».

Además de continuar por el camino de reformas trazado, Rajoy mantuvo que la apuesta de futuro pasa por contar la verdad, «que es la misma en Madrid, en Bruselas o aquí (en Andújar)». Y la verdad del Gobierno es que «se puede controlar el déficit y seguir cumpliendo con los compromisos adoptados en Europa», una tarea que tampoco es «incompatible con defender el sentido común y nuestros intereses». De esta manera, agregó el jefe del Ejecutivo, España demostrará que es un país «serio y solvente» y recuperará «muy pronto» su credibilidad.

El presidente del Gobierno escogió para su estreno electoral en Andalucía un lugar, Andújar, cargado de significado electoral. Esta localidad se hizo famosa hace unas semanas por su vinculación con el supuesto fraude de los ERE. De aquí es el chófer del alto cargo de la Junta de Andalucía que denunció que el dinero para empresas en crisis se gastaba en droga y fiestas. Rajoy no se olvidó de lo que se juega el PP dentro de 20 días y tocó a rebato porque es hora de «cambiar» y es «necesario y urgente» porque nada pueden ofrecer los socialistas tras 30 años en el poder sin someterse «a eso tan sano y democrático» que es la alternancia política. «De vez en cuando viene bien para oxigenarse», apostilló.

Fraude

El secretario general del PSOE tampoco se anduvo por las ramas y acusó al PP de prometer un cambio para llegar a la Moncloa y una vez instalado «dar un cambiazo, que es cambiar una cosa por otra de forma fraudulenta». El líder de los socialistas se embutió en el uniforme de campaña y dio el pistoletazo de salida a la carrera hasta el 25 de marzo, aunque el comienzo oficial de la campaña se producirá el viernes, y con un duro discurso no dudó en preguntarse acerca de los severos ajustes que esconderán los Presupuestos del Estado «cuando los ocultan con tanto celo» antes de las elecciones de Andalucía y Asturias.

Tres son los puntos sobre los que el PP ha «mentido», según el líder de los socialistas, la subida de los impuestos a las clases medias y los trabajadores, el recorte en las pensiones y el abaratamiento del despido. La reforma laboral centró buena parte de sus críticas porque «cualquiera con dos dedos de frente sabe que si las cosas van mal y se abarata el despido, habrá más despidos en las empresas».

Rubalcaba sostuvo que se trata de uno de los mayores retrocesos de la democracia en materia de derechos porque vuelve a una situación preconstitucional. Fue muy crítico además con el ministro de Economía, Luis de Guindos, porque pidió desdramatizar con las cifras del paro, y recordó que cuando gobernaba el PSOE el ahora partido en el Gobierno consideraba «un drama» los 4 millones de parados. «¿Qué pasa ahora, seis millones no lo son?», inquirió el dirigente socialista.