Sociedad

Muere el paciente al que se le implantó un corazón artificial

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Eufemio García se presentó el lunes pasado en el hospital de Bellvitge (Barcelona) como el hombre más feliz del mundo. Gracias a un corazón artificial, implantado hace cuatro meses, no solo había vuelto a nacer, sino que por primera vez en mucho tiempo podía hacer una vida más o menos normal. Recibió el alta hospitalaria y hasta dio una rueda de prensa junto a los médicos que le trataron. Pero la aventura de la vida, a pesar de que la ciencia corre a una velocidad enorme, sigue ocultando un sinfín de misterios. De forma súbita, Eufemio García falleció ayer en su casa. Su familia le encontró sin vida en el sofá del domicilio de Castellar del Vallès (Barcelona). El personal sanitario que se desplazó a la vivienda no pudo hacer nada por salvarlo, ni siquiera tuvo tiempo de trasladarlo con vida al centro médico.

A falta de la autopsia, que será la que deberá determinar las causas del fallecimiento, en principio se descartaba que el deceso tuviera que ver por un fallo en la turbina eléctrica que le bombeaba sangre de forma continua. García tenía 57 años y en 1999 sufrió un infarto de miocardio, a raíz del cual quedó afectado por una insuficiencia cardiaca avanzada. El Hospital de Bellvitge, donde fue tratado, expresó ayer la «consternación» de los profesionales del centro por la muerte de Eufemio García, definida como «repentina». «Ahora, nuestro pensamiento está con su familia», señaló el centro en un comunicado. Así, una embolia cerebral o un fallo multiorgánico pudieron acabar con su vida, según las primeras hipótesis.