Parricidio Benalup

Le escribo en relación al tratamiento periodístico que recibió en su periódico la noticia del parricidio de Benalup. Soy periodista y responsable de comunicación de la Asociación de Familiares, Allegados y Personas con Enfermedad Mental - FAEM de la provincia de Cádiz. No pretendo enmendarle la plana a nadie y vaya por delante que la cobertura informativa de los hechos me parece más que documentada, contrastada y rigurosa.

Desde FAEM, una de nuestras prioridades es la lucha contra el estigma. Por parte de la asociación es de destacar en la crónica de Miguel Domingo García la referencia que hace a «la incapacidad legal de los familiares para obligarles a seguir un tratamiento médico», un asunto, por otro lado, tampoco exento de polémica. Por contra, al destacar los antecedentes en la entradilla, está contribuyendo a generar alarma social. Lo que chirría, bajo nuestro punto de vista, son los titulares que encabezan la noticia y que es lo que al final queda. No decimos que haya que ocultar la condición de enfermo mental del parricida (presunto). Pero tampoco lo contrario, es decir, destacar por partida triple, en el mismo titular, esquizofrenia, brote psicótico y centros psiquiátricos. Modestamente, queremos sugerir otro enfoque, conscientes de que hay mil maneras de decir una misma cosa:

Mata a golpes a su madre en Benalup sin motivo aparente.

El presunto parricida padecía brotes psicóticos cada vez más frecuentes