Responsables municipales y el párroco de San Pedro visitan la ermita de San Antonio. :: LA VOZ
Sierra

Las obras de San Antonio Abad encaran su recta final

La ermita de Arcos podría volver a acoger a la Hermandad del Silencio después su recuperación por parte de Cultura

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La ermita de San Antonio Abad ha dejado de estar en ruinas. Arcos está a punto de recuperar este espacio cultural y religioso que la localidad daba prácticamente por perdida. Las obras de restauración que puso en marcha la Junta por valor de 270.000 euros están prácticamente terminada y pronto la delegación de Cultura recibirá el edificio recuperado que es propiedad de la Iglesia.

La obra se inició en junio de 2010 y ha servido para restaurar el volumen primitivo que tenía la bóveda, el suelo y la cubierta, entre otros elementos. De hecho, el proyecto inicial contemplaba hacer que este espacio religioso volviera a su estado original. El delegado municipal de Cultura, Domingo González (PP), ha valorado muy positivamente el desarrollo de la obra y ha manifestado que desde Cultura apostarán «por la recuperación del patrimonio de nuestras iglesias».

La hermandad del Silencio, el Santísimo Cristo de los Remedios y Paz y Nuestra Señora de los Dolores, esperan con impaciencia la finalización de las obras, ya que sus imágenes podría volver a la ermita, su antigua sede. El regreso sigue pendiente de un convenio con la Iglesia, que todavía no se ha terminado de cerrar.

La ermita de San Antonio Abad es una pequeña capilla de planta de cajón, con una sola nave con presbiterio elevado por un solo peldaño y coro en alto a los pies. Cuenta con una superficie de 113,40 metros cuadrados, una luz interior de 13,9 metros y 5,65 metros de anchura. La nave la cubre una bóveda de cañón con lunetos dividida en dos tramos, salvo en la zona del presbiterio que se cerraba mediante una cúpula que ya no existe.

Retablo barroco

La iglesia cuenta con un retablo barroco y a los pies de la misma, se labra un coro alto, apoyado sobre un arco rebajado que sirve como matriz para el trazado de la bóveda del sotocoro, que cuenta con un interesante dibujo de estrella de tracería en su clave. Según los datos registrales, la finca es «propiedad en pleno dominio de la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores - Parroquia de San Pedro Apóstol de Arcos de la Frontera (hoy dependiente del Obispado de Jerez), desde tiempo inmemorial».