Ciclistas y peatones conviven en el puente de Jesús del Gran Poder.:: C. C.
SAN FERNANDO

Caminar por el carril bici puede acarrear una multa de 100 euros

Se trata de una sanción leve y el problema es que hay varios tramos en los que resulta complicado esquivar el trazado de las bicicletas

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Habrá que andarse con ojo y esta expresión nunca tuvo tanto sentido en San Fernando. La nueva ordenanza municipal de Circulación de Peatones y Ciclistas es el motivo por el que los isleños tendrán que mirar bien por dónde pisan, pues hacerlo por el lugar equivocado puede acarrear una multa de unos 100 euros. Así al menos se recoge en este documento, que se encuentra en periodo de alegaciones tras haber sido aprobado de manera inicial en Pleno.

Es decir, que caminar de forma prolongada por el carril bici le va a salir caro al peatón, que tendrá que estar atento para no invadir el espacio reservado para este vehículo. Según el borrador de la ordenanza, se considera una infracción leve que transiten los peatones «de manera continuada por las vías para ciclistas debidamente señalizadas». Además dentro del texto se deja claro que las sanciones dependerán de la Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, que en su artículo 67 estipula que las infracciones leves serán sancionadas con multa de hasta 100 euros; las graves con multa de 200 euros; y las muy graves con multa de 500 euros.

A fin de cuentas, que andar por el carril bici conlleva una posible multa de 100 euros. El problema es que en San Fernando hay lugares en los que las personas se han acostumbrado a pasear o hacer deporte en espacios reservados para las bicicletas, mientras que existen calles en las que el peatón se ve obligado a caminar de forma prolongada por el vial verde que se ha extendido a casi toda la ciudad. Para estos casos la ordenanza no recoge, al menos de momento, ninguna excepción y se convertirán en puntos calientes a evitar por la sanción, al menos que se realicen modificaciones en un texto que no está aprobado definitivamente.

Llama especialmente la atención algunas zonas de la ciudad donde la planificación del carril bici parece haber dejado casi sin opciones a los peatones. Es el caso del puente de Jesús del Gran Poder, utilizado asiduamente por las personas para cruzar de la Bazán con la Venta de Vargas y el comienzo de calle Real. Casi nadie utiliza las escaleras, a pesar de que existe esta posibilidad, sino que prefieren cruzar el puente por la acera que está reservada para ciclistas.

En la avenida Ponce de León, el peatón solo podrá pasear por una de las aceras, ya que la totalidad de la otra está prácticamente reservada para las bicicletas. Sin embargo, los viandantes prefieren no dar un rodeo y por comodidad seguir su camino sin percatarse del carril bici, algo que tendrán que hacer cuando la ordenanza esté aprobada de manera definitiva.

Hacia la playa

En Ronda del Estero, una de las vías más utilizadas para hacer deporte y que comparten peatones y bicicletas, parece haberse encontrado una solución intermedia. A pesar de que hay dos aceras, los isleños prefieren coger por el lado del carril bici y el Ayuntamiento ha decidido reducir el espacio del carril, ante su anchura, para dejar un camino por el que puedan coger las personas sin molestar a los ciclistas. Sin embargo desde la rotonda de la Comunicación en dirección hacia la playa no se ha hecho lo mismo y eso que el carril bici es el utilizado por todos los deportistas sin excepción a lo largo de todo el día conviviendo con las bicicletas. Al ponerse en marcha esta ordenanza, los isleños que vayan a pie tendrán que hacerlo por la acera del cuartel si no quieren arriesgarse a una sanción.

Hace tiempo que no se ve a ningún operario adecuando el carril bici, sin embargo tampoco se tiene noticia de que se hayan recepcionado las obras y desde los técnicos del Ayuntamiento deben hacer una profunda revisión del estado de algunos tramos antes de dar su visto bueno. Y es que aunque en algunos puntos se ha conseguido evitar que la pintura se desprenda, pero en otros persiste el problema, es el caso de las inmediaciones del parque Almirante Laulhé.