Más de quince niños cantaron los números del sorteo sobre las tablas del Falla. :: MIGUEL GÓMEZ
CÁDIZ

El Niño que volvió a jugar en Cádiz

La Lotería Nacional concede un premio benéfico de 1.200 euros al comedor Virgen Poderosa El sorteo extraordinario logra casi el lleno total del salón de butacas del Gran Teatro Falla

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Doscientos años después, un Niño bicentenario ha vuelto a la tierra que le vio nacer para repartir suerte. El Falla fue ayer escenario y testigo de ese encuentro histórico que se celebró como el punto de arranque de un año tan especial para Cádiz. La Carta Magna de 1812 y la Lotería Nacional surgieron de un mismo contexto cultural y social y el tiempo les ha dado una estupenda oportunidad para festejar juntas su segundo centenario.

Los niños de San Ildefonso se trasladaron ayer al teatro de los 'ladrillos coloraos', en su primera escapada de Madrid, para cantar los números del Sorteo Extraordinario de El Niño y fueron muchos los gaditanos los que no quisieron dejar pasar la oportunidad de estar presente en una cita de tal magnitud. El acceso era libre y el patio de butacas se llenó en poco tiempo. Familias enteras esperaban con ilusión y paciencia mientras apretaban con fuerza sus décimos. No hubo disfraces, ni grupos que animaran la mañana, quizás porque era un día en el que se agradecía abrir los regalos en familia. «A mí me extraña un poco que siendo Cádiz como es, esté todo tan tranquilo. Yo me esperaba algo más de ambiente», admitía Pedro Polo, un jiennense afincado en Cádiz desde hace cuatro años. La misma idea la compartía Juana Puerto, una joven que no quiso desaprovechar la ocasión de ver en primera persona y por primera vez las bolas saliendo del bombo: «me esperaba algo de más animación, pero es lógico que la gente haya preferido quedarse en casa o salir con los niños a estrenar los juguetes de los Reyes».

Con más o con menos ambiente, el salón de butacas casi logró el lleno total. Entre el público expectante, numerosos medios de comunicación buscaban su sitio para coger la mejor toma del premio Gordo. A través de las cámaras de fotógrafos y emisoras de televisión y de los micrófonos de las radios, la efeméride del Doce se fue ayer colando poco a poco en los hogares de todos los españoles. Y es que este sorteo era extraordinario en todos sus sentidos; fue la primera y gran ocasión para ponerle al Bicentenario un apellido nacional, un renombre que suene en cualquier rincón de España y que sitúe a Cádiz como estandarte de la libertad y la soberanía nacional.

Los niños de San Ildefonso comenzaron puntuales a quitar el precinto de los bombos con la ayuda de ocho alumnos del colegio San José de Las Esclavas, ocho pequeños que ya forman parte de la historia de la ciudad. Todo fue sobre rudas y los presentes se mantuvieron en todo momento en un respetuoso silencio (ninguno dio un grito de alegría). Con la misma rectitud y rapidez terminó el sorteo y se recogieron los bombos, pero antes, la Lotería Nacional quiso concederle un premio benéfico de 1.200 euros al comedor Virgen Poderosa.

Un sorteo con solera

El primer sorteo de la Lotería moderna se celebró el 4 de marzo de 1812, días antes de la proclamación de la Constitución que sirvió de base a la que actualmente está en vigor. No fue casualidad que se celebrara en Cádiz un sorteo de tales características: era el epicentro de las actividades comerciales y culturales del aquel entonces. Conscientes del peso histórico del momento, no faltaron a la cita de ayer las principales personalidades locales. Así, en primera línea del Gran Teatro Falla se encontraban la alcaldesa, Teófila Martínez, y el gerente del Consorcio del Bicentenario para la Conmemoración del II Centenario de la Constitución de 1812, Emilio Aragón. También estuvo presente el director comercial de Loterías y Apuestas del Estado, Juan Antonio Gallardo, que se despidió de los gaditanos hasta el próximo mes de marzo, cuando volverán para hacer uno de los llamados sorteos 'viajeros' con la intención de recordar que fue un 19 de marzo cuando nació La Pepa para cambiar las condiciones de todos los españoles.