CARTAS A LA DIRECTORA

Suspenso a los políticos nacionalistas catalanes

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En noviembre de 1919, se instaló en los depósitos francos de la Zona Franca la Ford Motor Company para montaje de piezas y construcción de las carrocerías. En abril de 1923, decía la prensa local: 'La Ford deja la Segunda Aguada para instalarse en Barcelona'. 'El día 20 de abril de 1923 partieron en el expreso los 17 operarios de Cádiz que van a Barcelona a seguir en la fábrica'.

Con la Seat pasó lo mismo. La fábrica se instaló en Barcelona por motivos políticos, y eso que vivíamos en una Dictadura, sin pensar que Cádiz estaba más necesitada dado el índice de paro que había.

En los años 1968-1971 viajé por Madrid, Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía y pude ver, con mis propios ojos, cómo empresarios catalanes del textil fueron comprando en Andalucía telares familiares con la promesa de que iban a instalar fábricas en sus localidades, con el fin de eliminar la competencia. Pero entonces, decidían que las empresas no eran viables económicamente y dejaron en la ruina a muchos andaluces.

La tradición textil en Andalucía se remonta, al menos, a la época musulmana siendo especialistas en los entintados de telas, práctica aprendida de los fenicios.

El presidente Maragall nos llamó región subvencionada, el presidente Mas con Durán y Lérida, beneficiarios del Per y dice que estamos todo el día en los bares. Muchos andaluces tuvieron que emigrar a Cataluña porque les dejaron sin fábricas y el que quería seguir trabajando tenía que emigrar. Es urgente que las fábricas de origen andaluz vuelvan a Andalucía y no fiarse de los que nos vienen a comprar nuestras empresas para cerrarlas. Si toda España se negara a comprar productos catalanes no tendrían tantos moños y algunos políticos no serían tan arrogantes e insensatos.

Cataluña siempre destacó, en todas las épocas, por barrer para ellos, por eso sea quien sea el que gobierna, siempre conseguirá lo que quiera gracias a la cuota de ministros catalanes que siempre sirven a los partidos gobernantes a cambio de un pacto interesado, a diferencia de los ministros Andaluces que no se parten la cara por su tierra.