Antonio Sanz, Javier Arenas, Teófila Martínez, José Loaiza y María José García-Pelayo, durante el acto de cierre de campaña del PP en Cádiz . :: L. V.
CÁDIZ

Los socialistas pierden su hegemonía de tres décadas en sólo tres años

El crecimiento del PP ha sido lento, pero constante hasta dar el salto de vértigo del pasado domingo

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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Fortín, granero o bastión. Andalucía siempre había significado para el PSOE todos estos nombres. Un mito que cayó la noche del pasado domingo cuando el PP volteó el mapa electoral en Andalucía con su primera victoria en unas generales y rozando los dos millones de votos. Cifra casi franquicia del PSOE hasta ahora, pues este partido, fuera el censo que fuera o la abstención que fuera, solía rebasar ese número de sufragios en casi todas las generales desde hace tres décadas.

En sólo tres años los socialistas han perdido su incontestable hegemonía en Andalucía durante más de 30 años. Hace ya dos años que las encuestas avisaban machaconamente de la pérdida de apoyo socialista en beneficio del PP. Las municipales en mayo y las generales del domingo dieron acta notarial a esos pronósticos: El PSOE se iba hundiendo y el PP avanzaba sin tregua. Los populares sacaban 300.000 votos de ventaja el PSOE en mayo y el pasado domingo la distancia era ya de 391.247 votos. Nueve puntos.

En un abrir y cerrar de ojos, sin todavía creérselo, la sangría de votosdesertores del PSOE ha sido de 751.433, muchos menos de los que ha ganado el PP respecto a los comicios de 2008: 260.267 sufragios.

El PP no ha dejado de crecer -salvo el bajón de 2004- desde que obtuvo sus primeros diputados en Andalucía, en las elecciones de octubre de 1982. Entonces era todavía Alianza Popular y sacó 15 escaños. Este año marca un antes y un después para el PSOE en España y también en Andalucía. La histórica victoria de Felipe González, con su todavía insuperado techo de 202 escaños, se debió a la aportación de 43 diputados de los socialistas andaluces, que concurrieron con las siglas PSA-PSOE.

Este partido dobló sus escaños de 1979, año que la UCD le ganó por uno en Andalucía (24-23). Luego vinieron las elecciones de 1986 y 1989 con 42 escaños. Hasta que en 1993, tras la resaca de la Expo, el PSOE, acosado por los escándalos del Gal y la corrupción, pierde la mayoría absoluta. Pero Andalucía le sigue siendo fiel con 37 diputados de los 60 y muy por delante de un PP ya en alza: 20 escaños en Andalucía. La victoria de Aznar en 1996 socava el feudo socialista, pero mantiene su hegemonía y los dos millones de votos que aportan 32 diputados. El PP vuelve a dar otro estirón hasta situarse en 24.

La mayoría absoluta de Aznar en 2000 sí hizo tambalear al bastión socialista, pero se mantuvo imbatible aunque el PP le pisara los talones y se quedara a solo dos diputados. El PP obtuvo entonces su mejor resultado hasta este domingo: 28 escaños. Luego tropezó en 2004 con la guerra de Irak y los atentados del 11M y los socialistas recuperaron otra vez su cifra mágica de dos millones de votos que revalidaron en 2008 con alguna pérdida. Algunos analistas ya observaron en estas elecciones que pese al todavía buen momento económico, el PSOE perdía apoyos y el PP subía, poco, pero subía.

Pero nada hacía imaginar entonces que tres años después aquel PP que arañaba diputados con mucho esfuerzo iba a dar el salto de vértigo de este domingo, arrabatándole al PSOE su hegemonía.