Isabel Cañas y su madre tras el desalojo, ayer por la mañana. :: ESTEBAN
Jerez

Obligados a vivir en un pasillo tras sufrir un desahucio

Una mujer acoge en su vivienda a ocho familiares tras ser desalojados de la casa que tenían en Mesas del Corral

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Isabel Cañas está separada, tiene 33 años y está al cargo de dos hijos, uno de 15 y otro de 13. Está en el paro y ya no cobra ningún tipo de prestación. Su vida se ha convertido en una continua prueba de supervivencia, al igual que la de buena parte de su familia. Y más desde ayer por la mañana, en la que pasó a engordar más todavía las cifras de desahucios en Jerez. Sucedió tras vivir momentos de tensión en los que no faltaron representantes judiciales y agentes de la Guardia Civil.

El desahucio, de hecho, iba a producirse ya el pasado mes de septiembre, pero a última hora se aplazó gracias a una petición de su abogado. El escenario es la barriada rural Mesas del Corral, en La Barca. La historia tiene su aquél. Isabel Leiva compartía una vivienda con su marido, su hijo y la novia de éste; en otra colindante en el mismo terreno e incluso comunicada con la suya habitaba su cuñada, la mencionada Isabel Cañas, en su caso separada y con dos hijos menores.

Todos ellos han tenido que abandonar su hogar de forma precipitada a pesar de que la propiedad está a nombre de su suegra, que la cedió a sus hijos, según relatan los afectados. Aseguran que todo radica en que la exmujer de la actual pareja de Isabel Leiva pidió un crédito de un millón de pesetas hace 15 años con el fin de iniciar las obras del inmueble. Añaden que con el tiempo, ella utilizó este hecho para reclamar «su parte del pastel» y afirman que la justicia los ha desahuciado ahora a todos para otorgar a la exmujer la cuantía que le pertenece y que corresponde a las cuatro paredes en las que viven, aunque no así al terreno. Un galimatías jurídico, de hecho, que no aciertan a comprender demasiado bien ni los propios perjudicados por el desahucio.

La cuestión es que ayer fueron todos desalojados, incluida la madre de Isabel Cañas, que vivía en otra de las viviendas del terreno en cuestión. En total, ocho personas, la mencionada Cañas, sus dos hijos, su madre, su cuñada Isabel Leiva, su pareja y el hijo de ambos y su novia, se vieron en la calle.

Han acabado en la casa de una hermana de Isabel Cañas. Les ha cedido un pasillo, donde han instaladolos sofás y parte de sus enseres. Y lo peor es que no saben hasta cuándo tendrán que seguir ahí.