El perfil de los sin hogar es cada vez más diverso. :: J. C. C.
Jerez

Sin techo al cumplir los 18 años

Una campaña busca sensibilizar a la población y evitar lo que ocurre ahora, cuando entre 20 y 30 personas duermen en la calle en la localidad

JEREZ. Actualizado: Guardar
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No debería haber ninguna persona sin techo. Ésa es la principal conclusión que se puede extraer del acto presidido por Cáritas de Jerez que tuvo lugar ayer en el Obispado para presentar la campaña que con el lema 'Todos somos ciudadanos, nadie sin hogar' pretende sensibilizar sobre esta problemática social que afecta directamente a la dignidad de las personas que viven en la calle.

Cada paso es importante porque en Jerez los colectivos que trabajan en red y coordinados para hacer frente a este problema (Cáritas, la Red de Integración Social, los comedores sociales y centros de día, los albergues municipales y Cruz Roja) hicieron hincapié en que la foto-fija de la ciudad desvela que cada día cualquiera entre 20 y 30 personas duermen a la intemperie.

Y aunque las cifras no aumentan respecto a otros años, y pese a que la crisis económica complica las situaciones a las que hay que hacer frente en la atención pero no aumenta el número de personas sin hogar, lo que sí se quiso poner de relieve ayer es el nuevo perfil de los sin techo de la ciudad, entre los que aumenta la figura del joven inmigrante extutelado por la Administración que «al cumplir los 18 años recibe el regalo de verse en la calle», como exponía ayer Rodrigo Gómez, representante de la RIS.

Los colectivos implicados en esta lucha cuentan a veces con recursos como pisos de acogida para tratar de hacer frente a esta situación, pero la realidad es que tras un periodo de acogimiento estos menores ya adultos salen a la calle sin trabajo, mientras se pone freno de forma brusca a un proceso de formación e inserción, tal como destacaba Mamen López, coordinadora del programa de personas sin hogar en Cáritas, que pedía soluciones porque «hace dos años que este fenómeno se hace llamativo».

Tal como detallaba ayer Ana Castro, directora del Centro de Día El Salvador, buena parte de estos jóvenes son ciudadanos del norte de Marruecos «que llegaron en los bajos de un camión, niños con un nivel de educación bueno y valores que solo necesitan oportunidades de formación y empleo».

Junto a ellos, en la calle hay personas con deterioro físico y psicológico, con enfermedades mentales o graves adicciones, que carecen de recursos familiares -sobre todo en el caso de los extranjeros- de las que 781 son atendidos por el Comedor El Salvador (Hijas de la Caridad), 70 por en Centro de Día El Salvador (conveniado entre Hijas de la Caridad y Cáritas), 317 en el Albergue Municipal y 104 por los servicios de calle del Ayuntamiento.

Y para seguir atendiéndolos como hasta ahora, monseñor José Mazuelos, el obispo de Jerez, lanzó ayer un mensaje de compromiso de la Iglesia ante estas situaciones y de llamada a que «los recortes no lleguen a los que ya no tienen nada». «La crisis no justifica no hacer más por las personas sin hogar», añadió.

Por su parte, López recordó en el marco de la campaña que se presentó ayer que el compromiso del Parlamento Europeo de acabar con el 'sinhogarismo' para el año 2015. «Y es misión nuestra hacer un seguimiento para que se cumpla este objetivo», dijo dejando caer la idea de que «una vida digna no es un regalo, es un derecho».

El director de Cáritas, Francisco Domouso, diferenció entre personas sin techo y personas sin hogar y abogó por que «nadie duerma en la calle, que nadie esté en un alojamiento de emergencia más que el tiempo necesario, que nadie resida en alojamientos temporales más que lo justo y que nadie abandone una institución sin alternativa de alojamiento».

Por último, la directora del Centro de Día El Salvador recordó los derechos de estas personas, desmitificó el «murmullo social» de que señala que viven así porque quieren, y animó a evitar rechazos y «observarlos con otra mirada».