La falta de suministro dificulta la labor diaria de las mujeres que acuden a la sede de Pedro Palma y que acaban utilizando candelabros. :: E. P.
Jerez

Los vecinos, a dos velas

La asociación de San Benito lleva desde mayo sin luz y amenaza con el cierre; El colectivo vecinal de La Constitución, el centro polivalente de la zona norte y cuatro polideportivos también sufren cortes continuos

Almudena Doña JEREZ Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Paqui Pazos se levanta cada día con la ilusión de estar contribuyendo al desarrollo de uno de los barrios jerezanos que más lo necesitan. Al frente de la asociación vecinal Pedro Palma, se deja la piel en mejorar las condiciones de vida de su comunidad y en buscar los medios necesarios para que los vecinos salgan adelante. En el Polígono San Benito, son muchos los que agradecen el esfuerzo llevado a cabo por el colectivo, que ahora se ha topado con un problema que parecía transitorio pero que está acarreándoles serias consecuencias, hasta el punto de que la junta directiva se plantea cerrar la asociación.

La dificultad es tan simple y a la vez de tanta enjundia como que la sede lleva desde mayo sin luz eléctrica, lo que les está impidiendo ejercer desde las labores más cotidianas de mantenimiento y papeleo hasta los talleres y actividades dirigidos a los socios.

«Tuvimos que suprimir todas las actividades antes de terminar el curso -se lamentó la presidenta-, porque no tenemos ni ordenador. Ahora mantenemos algunos cursos como el de alfabetización pero acabamos utilizando velas y así no podemos seguir. Hay que tener en cuenta que nosotros realizamos una labor de voluntariado, favorecemos la concentración de vecinos y hacemos de intermediarios con el Ayuntamiento. El local tiene un consumo mínimo, qué menos que nos den la luz».

Como explicó, la sede no necesita suministro durante mucho tiempo, tan solo unas pocas horas al día pero lo imprescindible para disponer de servicios como internet, utilizado a menudo para asesorar a los vecinos o ayudarles en la búsqueda de empleo. «En verano no hemos podido ni enchufar un ventilador... Estamos aquí desinteresadamente y ¿qué hacemos, dejamos de trabajar para el barrio? Luego dicen que las personas no se implican, pero los que tenemos la voluntad no tenemos medios. Esto es abusivo, de seguir así tendremos que cerrar a cal y canto».

Labor social

Hasta ahora los dos talleres que han sobrevivido, el de alfabetización de mujeres y el de manualidades, penden de un hilo con la llegada del otoño y la disminución de horas de luz, por lo que cada semana Paqui los ha ido adelantando hasta fijarlos en torno a las cuatro de la tarde, algo que no deja de ser un parche.

«Algunas mujeres no sabían ni estampar su firma y les estamos ayudando. Prefieren dar clases aquí en vez de ir a alguna escuela, porque están más cómodas. Las hacemos sentirse a gusto y que aprendan lo básico, las letras y las cuentas. Las de manualidades hacen pintura en tela, punto de cruz, croché, y disfrutan de un rato de convivencia y aprendizaje. Pero con este problema ahora no sabemos cuánto vamos a durar».

La representante vecinal recuerda que su asociación ya ha sufrido cortes de luz hasta en cuatro ocasiones, por lo que se pregunta cuál es el criterio escogido que hace que sean siempre los mismos colectivos los que paguen el pato de los incumplimientos y las deudas que mantiene el Ayuntamiento con Endesa. Ésta, de hecho, no es la única instalación que está sufriendo la falta de suministro. La asociación vecinal Verde Esperanza, de la barriada La Constitución, sigue en funcionamiento gracias a una iglesia próxima que es la que les está aportando luz a través de su propia instalación, como así lo corroboró el presidente de la federación de asociaciones de vecinos Solidaridad, Sebastián Peña.

«Esto es algo que venimos denunciando hace mucho tiempo -subrayó- y siempre nos dan la misma respuesta, que están negociando con Endesa pero no nos aportan ninguna fecha. Ya le han cortado la luz a al menos siete asociaciones distintas». El centro polivalente de San Benito, que alberga entre otros a la Delegación de Bienestar Social y los servicios sociales, mantiene la electricidad gracias a un generador que como es lógico ocasiona numerosos problemas, además de suponer un gasto añadido.

Más damnificados

Los Museos de la Atalaya tampoco han escapado de esta situación, puesto que el recién celebrado Congreso de la Fundación Caballero Bonald tuvo que desarrollarse al amparo de otro generador por la falta de suministro. El caso de los polideportivos es mucho más dramático: el Kiko Narváez, el Acuña, San Telmo y El Pinar-La Pita llevan meses sin luz, hasta el punto de que el primero de ellos solo alberga actividades por la mañana y cierra a las 15.00 horas, mientras que el Acuña permanece cerrado desde hace un tiempo.

Así lo confirmaron ayer fuentes de estos centros, recordando además que el polideportivo San Telmo ha sido pasto del vandalismo en varias ocasiones, con vestuarios completamente destrozados. «El Club Balonmano de Jerez ha desaparecido, no sabemos si será por eso pero seguro que ha influido. La gente se queja y no paramos de hablar con el Ayuntamiento, pero parece que no tienen interés por estas instalaciones». Con todo esto, Solidaridad no tiene sino otra piedra más en un camino cada vez más dificultoso para las asociaciones y los jóvenes de Jerez.