Sociedad

José María Micó destierra falsos prejuicios sobre Góngora

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Que si es frío e impersonal, que si es prolijo... Son muchos los falsos prejuicios que tiñen la obra de Luis de Góngora, un autor que, por desgracia, se queda a veces en las lecciones escolares. El catedrático de Literatura de la Universidad Pompeu Fabra, poeta y traductor, José María Micó, dedicó su intervención de ayer a desterrar las creencias infundadas sobre este gran autor de las letras españolas. Respecto a los clásicos, el especialista recalcó -en la misma línea que lo han hecho otros ponentes desde el miércoles- que «un texto clásico es aquel que se merece relectores. Si solo se lee una vez, es que no merece la pena. Los clásicos merecen ser leídos dos, tres veces, muchas veces a lo largo de la vida», dijo.

Sobre el autor al que ha dedicado mucha investigación, Micó destacó que es «un poeta muy económico, conciso, que aprovecha al máximo el contenido conceptual». Insistió también en que «la pasión que demuestra en sus textos apela a la inteligencia, a la generosidad intelectiva del lector» y que «es muy consciente de que el lenguaje es una especie de alquimia».

Para demostrar sus palabras, el catedrático eligió varios poemas de Góngora, desde los primeros de su juventud hasta los últimos de la edad adulta para terminar con su faceta más pícara, que fue analizando durante la conferencia. «Los autores de la generación de Góngora ya no tenían ese respeto reverencial por la tradición y saben que puede ser superada. Es un cambio muy importante», resaltó.

«Góngora controlaba todos los recursos retóricos que le ofrecía el lenguaje», indicó el catedrático, que señaló que «aún hay muchas cosas por analizar de Góngora en 'Las Soledades' y 'Polifemo', como por ejemplo, el humor».

Micó agradeció a Caballero Bonald la invitación a este congreso y sobre el escritor dijo que «es el más afín del siglo XX al modo en que Góngora concebía la literatura».