En clave electoral

Griñán quiere visualizar con las cuentas de 2012 un modelo distinto de hacer política frente a los que, dice, hace el PP en las comunidades donde gobierna. Por ello rompe la tendencia de los dos últimos años de decrecer el gasto. El presupuesto andaluz sigue la consigna electoral de Rubalcaba y el equipo de Ferraz de subir impuestos a los ricos para obtener más liquidez y con esta garantizar que no se recorten derechos sociales en educación, sanidad y ayudas a la dependencia, fundamentalmente. Un mensaje que ya utilizó Griñán en los presupuestos de 2011. Ahora grava cinco tasas para que paguen más los que más tienen, los que más ganan y los que más hereden. Pero el ajuste será del todo necesario. Aunque la Junta extreme su nivel autorizado de endeudamiento, congele el sueldo a los empleados públicos y suba los impuestos, los ingresos por actividad económica van en caída libre, dada la situación, y no está claro qué recibirá del Estado, donde también habrá poda.

Recortes habrá. Griñán se cuida mucho de decir que no serán recortes de derechos sociales. Es decir, seguirán los libros gratuitos en la enseñanza y las aulas matinales, por poner un ejemplo. Pero no asegura que esos derechos se amplíen. O que no haya cortapisas en materiales. Él mismo reconoce que habrá tijeretazo en el gasto farmacéutico. Muchos usuarios ya pueden notarlo en su tarjeta sanitaria, de la que han desaparecido varios medicamentos de uso habitual. ¿En dónde específicamente colocará también Griñán la tijera? No se sabrá hasta este martes. Eso si el 'wikileaks' del PP no lo filtra antes. Hay expectación sobre ello.