Jenaro Jiménez, ayer en los pasillos de la Audiencia. :: A. VÁZQUEZ
tribunales

Bankinter pide seis años para Jenaro por solicitar un crédito con un poder notarial falso

El empresario que fingió su desaparición y huyó a Paraguay dice que el documento lo aportó un notario sin que él tuviese conocimiento

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Jenaro Jiménez Hernández, el empresario gaditano que presuntamente simuló su desaparición en abril de 2008 en las playas de Tarifa y que se marchó a Paraguay con otra identidad, se sentó ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Cádiz, para ser juzgado por una de las múltiples denuncias que sus acreedores presentaron después de que se esfumara para rehacer su vida en el país sudamericano. En este caso, el denunciante era la entidad financiera Bankinter, con la que Jenaro Jiménez (a través de una empresa unipersonal con su nombre) abrió una cuenta de crédito de 30.000 euros, en 2004. El banco, personado como acusación particular, ha pedido seis años de prisión para el gaditano, además de una multa de 21.600 euros por un delito de falsedad documental en concurso con otro de estafa. La Fiscalía, por su parte, ha solicitado casi la mitad: tres años y medio de prisión por los mismos delitos.

Según ambas acusaciones, Jiménez presentó como avalista de la operación a la que por entonces era su esposa (tras la desaparición, se divorciaron), utilizando un poder notarial a nombre de ella que hacía cuatro años que había sido invalidado. Según la Fiscalía, su intención era la de fingir de manera «mendaz» una solvencia que no tenía y disponer del dinero para no devolverlo jamás. De ahí la estafa. En este sentido, la representante del Ministerio Fiscal recordó que Jenaro sacó los 30.000 euros de una tacada y durante los tres años y medio que mantuvo la cuenta abierta solo pagó los intereses, «para mantener el juego» -afirmó la fiscal- hasta que desapareció y el banco pidió responsabilidades a su exmujer.

Él solo firmó los papeles

En su turno de palabra, Jenaro (que se negó a contestar a la fiscal y a la abogada de la acusación ) dijo que él no presentó el poder en el momento de la escritura. De hecho, aseguró que ni siquiera sabía entonces que su mujer hacía de aval. Se limitó a firmar los papeles. El documento pudo haberlo incluido -según su teoría- el notario, ya que «los distintos notarios de Cádiz» con los que él solía trabajar «tenían fotocopias» del poder, de la época en que sí era válido. Quizá «fue metido en los expedientes» sin su conocimiento, adujo. Es más, según el acusado, no tenía muy claro si el poder había sido revocado o no: «En eso estoy confuso, se revocó por un calentón que tuvimos entre mi mujer y yo», una discusión que se produjo, según explicó la exmujer al declarar como testigo, cuando tuvo noticias de que Jiménez había «hecho cosas» con él sin comunicárselo.

El abogado de la Defensa argumentó que Jenaro siempre tuvo intención de pagar el crédito y recordó que el empresario pagó durante tres años los intereses del crédito hasta que «se marchó, porque se quedó sin liquidez o por razones personales que no vienen al caso». Lo cierto es que el director del banco -que declaró como testigo a petición de la defensa- reconoció que Jenaro nunca pagaba a tiempo, siempre había que llamarle para que lo hiciera. El abogado también recordó que Bankinter embargó dos garajes de Jenaro para liquidar la deuda. En todo caso, el abogado alegó que los delitos ya habrían prescrito cuando el banco presentó la denuncia en 2008.