ESPAÑA

Rubalcaba se pensará la noche del 20-N si intenta liderar el PSOE o se retira

La elaboración de las listas provoca roces internos ante la dificultad de conciliar muchos intereses con menos puestos de salida

MADRID. Actualizado: Guardar
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Todo dependerá del resultado. Alfredo Pérez Rubalcaba reconoció ayer abiertamente que su continuidad al frente del PSOE, o mejor dicho, su intención de optar a la secretaría general del partido tras las elecciones del 20-N, no es aún firme. La franqueza del exvicepresidente choca con la contundencia de uno de sus principales valedores, el vicesecretario general, José Blanco, que hasta ahora había asegurado que el exvicepresidente primero estaba «para quedarse».

En realidad, la operación puesta en marcha durante el pasado año para que Rubalcaba sustituyera a José Luis Rodríguez Zapatero como cabeza de lista de los socialistas se fraguó con la idea de que su nombramiento tuviera carácter transitorio, pero los dirigentes socialistas son conscientes de que no es edificante ir a unas elecciones con el mensaje de que el candidato solo pretende minimizar daños y retirarse; lo que equivale a asumir de antemano el batacazo. De ahí la insistencia de Blanco.

El candidato ha optado en los últimos días por no ocultar que las opciones electorales de su partido no son precisamente halagüeñas. Aunque trata de echarle entusiasmo -y en una entrevista en Telecinco volvió a decir que en todo caso el PSOE «ganará en ganas de ganar»- los datos que manejan las propias federaciones son poco estimulantes para un partido que aún no se ha recuperado del varapalo de las elecciones autonómicas del 22 de mayo, en las que el PP sacó una ventaja de diez puntos y los socialistas perdieron todos sus gobiernos en liza.

Pérdidas

En Cataluña estiman que el PSC podría perder entre diez y quince escaños de sus actuales 25 y en Andalucía, el otro gran caladero de votos de la formación progresista, temen quedarse sin casi la mitad de sus 36 diputados. En Madrid dicen que sacar menos de doce «sería un desastre», pero nadie lo descarta.

Ante este panorama, la siempre difícil tarea de elaborar las listas al Congreso y al Senado se ha convertido en un quebradero de cabeza. No es ya que haya mucha demanda sino que el número de personas con posibilidades reales de entrar en las cámaras se ha visto muy mermado. Y el malestar de algunos sectores está asegurado.

El propio José Bono, que ha decidido dar un paso atrás y no encabezar en esta ocasión candidatura alguna, se mostró disconforme con el hecho de que Rubalcaba haya impuesto como número uno por Zamora a su sucesor en el Ministerio del Interior, Antonio Camacho; un independiente que hasta ahora no había sido nunca diputado y que no tiene vínculos con la provincia. Su designación ha privado del puesto al veterano parlamentario Jesús Cuadrado, portavoz socialista de Defensa desde que el hoy presidente del Congreso estuvo al frente de ese departamento en el Gobierno.

Bono aprovechó una charla informal en los pasillos de la Cámara Baja para decir que Camacho -uno de los principales objetivos del PP por su supuesta responsabilidad en el caso del 'chivatazo' a ETA- debe ser diputado, pero que también debe serlo Cuadrado. «Y hay 50 circunscripciones», dijo.

El diputado castellano-leonés cuenta con el apoyo de la agrupación zamorana y ya ha advertido a la dirección del partido de que no dejará las cosas estar, pero fuentes de la ejecutiva aseguran que la decisión está tomada y que no darán su brazo a torcer.

Tampoco parece que vayan a cumplirse los deseos de José Bono de colocar al frente de la lista de Toledo a uno de sus hombres de confianza, el alcalde de la ciudad, Emiliano García-Page, de los pocos resistentes en la debacle del 22-M. La orden de Rubalcaba de que en las listas no vayan primeros ediles es, según insisten en el comité de campaña, tajante.

Sí hay hueco en las candidaturas al Congreso, y eso se sabe desde hace tiempo, para algunos de los caídos por el revés que los ciudadanos propinaron a los socialistas hace cuatro meses. El expresidente de Castilla-La Mancha José María Barreda encabezará la candidatura de Ciudad Real y el exalcalde de San Sebastián Odón Elorza, la de Guipúzcoa.