Sociedad

«No te matan pero el daño psíquico puede ser irreparable» «Lo más difícil es darse cuenta de que uno está atrapado»

Juan Manuel Romero Vicepresidente de Adicciones DigitalesJesús de la Gándara Jefe de Psiquiatría. Complejo asistencial de la Universidad de Burgos

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Juan Manuel Romero ha recorrido numerosos colegios explicando los riesgos del mundo digital. Ha escuchado de boca de maestros, padres y los propios muchachos historias muy diversas con un elemento común: el peligro de caer en una adicción que sin embargo muy pocos identifican como tal.

- ¿Qué diferencias hay entre estas adicciones y las clásicas: alcohol, tabaco, drogas...?

- Hay una muy relevante de cara a la curación: si eres alcohólico, por ejemplo, y te quieres rehabilitar, te alejarás por completo del consumo. Se puede vivir sin probar el alcohol. Pero hoy es casi imposible trabajar prescindiendo de la tecnología: los ordenadores, los móviles y otros dispositivos. Por eso, la curación puede terminar siendo más complicada.

- A favor está que no suponen un riesgo mortal...

- No te matan físicamente, pero el daño psíquico puede ser muy grave. Y la cura no es fácil: quitar la adicción al móvil a un adolescente puede llevar muchos meses.

- ¿Es eficaz imponerse casi por la fuerza a un niño o adolescente para impedir que siga enganchado al ordenador?

- Puede que no quede otro remedio. Si ves que ya lleva mucho tiempo en un chat, una red social o lo que sea, hay que decirle que lo deje. Si no hace caso, se avisa por segunda vez, y a la tercera se desenchufa el ordenador.

- Si los padres salen a dar una vuelta y el hijo se queda estudiando, ¿conviene esconder el ordenador si se sospecha que se puede distraer o es mejor apelar a su responsabilidad?

- Apelar a la responsabilidad está bien, hasta que descubres que enciende el ordenador en cuanto se queda solo. En ese caso, hay que esconderlo. No vale retirar el 'router' porque muchos chavales se ponen de acuerdo con un amigo de la vecindad para usar su wi-fi.

- ¿Un adolescente es capaz de darse cuenta de su adicción?

- No. Por eso son los padres quienes tienen que tomar medidas. Aunque conozco casos de adultos adictos y han sido sus propios hijos quienes al final los han llevado a tratamiento.

Jesús de la Gándara es uno de los psiquiatras que más ha trabajado en España el problema de las adicciones sin drogas de por medio, sobre todo en los jóvenes. Empezó ya hace muchos años con las compras compulsivas y desde hace un tiempo está centrado en las relacionadas con las nuevas tecnologías.

- Usted sostiene que los tecnoadictos son los más obsesionados.

- Sí, son personas preocupadas por lo último en tecnología, por los juegos más modernos o de más impacto. Antes, el deprimido jugaba. Ahora, está todo el día enganchado.

- ¿Qué edades son las más habituales en esos adictos?

- Hasta los 30-40 años. Es la edad en la que se da un dominio mayor de la tecnología, y si esta no se domina no se es adicto. Son personas que obtienen placer controlando esa tecnología, exprimiéndola, y recibiendo continuamente cosas. Eso altera en no pocos casos su vida. Lo que aún no sabemos es hasta qué punto afecta a nuestro cerebro.

- ¿Cómo se aborda la desintoxicación?

- Lo más difícil es darse cuenta de que uno está atrapado en esa adicción. Luego, suele establecerse un sistema por pasos, comprometiéndose a ir afrontando algunos retos. Es más fácil curar a un adulto que a un adolescente porque percibe mejor el riesgo.

- ¿Hace falta medicación en ese proceso?

- En el caso de los adolescentes es más probable que sea necesario, porque necesitan más estímulos y hay que compensar su falta con la química. Es como un síndrome de abstinencia. Antes no lo sabíamos y ahora sí: en todas las adicciones se estimulan las mismas zonas de nuestro cerebro.

- ¿En qué momento se hace necesario un tratamiento?

- Cuando se empiezan a generar trastornos emocionales porque eso deriva en depresiones, ansiedad, insomnio. Yo no lo dudaría si viera así a un hijo mío: lo llevaría a un psiquiatra.