Carlos Falcó y Maribel Estévez, en la bodega. :: ESTEBAN
Jerez

La excelencia del vino de pago

El marqués de Griñón presidió ayer en Jerez la asamblea de la asociación nacional a la que ya pertenece Valdespino

JEREZ. Actualizado: Guardar
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«Un vino de pago tiene un estilo y una personalidad propia». Así define Carlos Falcó, marqués de Griñón, a los caldos que se elaboran íntegramente con uvas procedentes del mismo pago y con técnicas tradicionales y cuidadas. El bodeguero y aristócrata estuvo ayer en Jerez para presidir una nueva asamblea de la Asociación de Grandes Pagos de España, a la que pertenece desde hace poco más de un año la bodega Valdespino, con sus vinos Ynocente, Tío Diego y los palo cortado Viejo CP y Cardenal.

«La verdadera tradición de los vinos de pago empezó en Jerez pero se ha ido perdiendo a lo largo del tiempo -dijo el representante de las 25 bodegas integradas en el prestigioso colectivo- pero aquí estamos nosotros para recuperarla». En el Marco de Jerez solamente esta firma mantiene el concepto de que las condiciones especiales de una viña o pago transmiten al vino unas cualidades organolépticas irrepetibles en cualquier otro caldo. «Estos vinos tienen un carácter especial y esto es lo que buscan y pagan cada vez más los grandes aficionados del mundo», dijo Falcó, que apuntó que los grandes vinos de pago pueden llegar a costar hasta 1.000 euros la botella.

Los cuatro vinos de Valdespino ya citados son los únicos que mantienen esta tradición milenaria. Del fino y el amontillado se producen al año 35.000 botellas mientras que de los dos últimos apenas salen unas 300 y siempre bajo pedido. «Nos hace falta esta apuesta por la calidad y el prestigio», aseguró por su parte el subdirector general del Grupo Estévez, José Antonio del Cuvillo.

La singularidad de la Campiña jerezana para sus vinos -es el único sitio donde se pueden criar este tipo de caldos- «es un valor que todavía está oculto y que se tiene que explotar más», aseguró Mariano García, uno de los enólogos más respetados del país. «Lo que tenemos que hacer los bodegueros es elaborar vinos con personalidad, definiendo siempre el terruño, para que cuando se tome un vino se sepa de dónde procede», añadió el que fuera enólogo en Vega Sicilia.

Idea errónea

Para el periodista especializado Víctor de la Serna la idea de que la calidad del vino se asocie más en Jerez a los procesos de soleras y criaderas y a la vinificación que al origen «es errónea y quizás tenga algo que ver con los problemas del Marco». De ahí el valor de que se incorporase Valdespino a la asociación de Grandes Pagos de España: «Para nosotros es importante que haya aquí un ejemplo como éste», dijo.

La asamblea de ayer reunió en el Grupo Estévez a representantes de los 25 bodegas de toda España pertenecientes al colectivo. En el transcurso de la reunión se cerraron los próximos viajes de promoción de estos vinos a países como China, Brasil, Estados Unidos o Canadá.

«Pertenecer a esta asociación supone una diferenciación incluso con respecto al resto de los vinos dentro del grupo. Su filosofía coincide con la de Valdespino», dijo la enóloga Maribel Estévez. Con respecto a uno de los caldos, Ynocente, la especialista destacó que «es de crianza 100% biológica y de elaboración totalmente tradicional».