Alfredo Pérez Rubalcaba conversa con José Luis Rodríguez Zapatero durante el acto político del PSOE el pasado sábado. :: MANUEL H. DE LEÓN / EFE
ESPAÑA

La bicefalia empieza ahora

Los ministros más políticos empujan para que las cuentas de 2012 tengan un marcado perfil social que llegue a su electorado La elaboración de los Presupuestos pone a prueba la unidad de acción de Rubalcaba y Zapatero

MADRID. Actualizado: Guardar
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Alfredo Pérez Rubalcaba ha dejado de ser el Gobierno. El vicepresidente primero anunció el viernes su intención de abandonar el Ejecutivo de manera «inmediata» y con esa decisión dio el pistoletazo de salida a una precampaña que se prevé larga. Ahora ha llegado de verdad el momento de la bicefalia en el PSOE. José Luis Rodríguez Zapatero tendrá que seguir hablando el lenguaje de los mercados; el cabeza de lista del partido, el que desean oír los votantes. La responsable del comité electoral socialista, Elena Valenciano, volvió a dejarlo claro. «Se le puede poner el titular de giro a la izquierda, eso me importa poco -dijo- lo que más me importa es comunicar que en nuestra voluntad está cambiar algunas cosas».

El conflicto de intereses entre los dos planos en los que ha quedado dividido el partido con la proclamación de Rubalcaba como candidato, tras la debacle electoral del 22 de mayo, ya se puso de evidencia la semana pasada, cuando la vicepresidenta económica, Elena Salgado, tuvo que salir al ruedo para aclarar que, pese al mensaje de José Blanco y Valeriano Gómez, dos ministros que serán clave en la futura campaña del PSOE, no hay intención de subir o crear nuevos impuestos en esta legislatura. Pero la auténtica prueba de fuego está por venir: es la elaboración de las cuentas públicas para 2012, cuya tramitación parlamentaria arranca a finales de septiembre.

Los estrategas socialistas defienden que no tiene por qué haber colisiones entre la necesidad de Zapatero de mantener a España alejada de un castigo fatal de los mercados financieros y el interés de Rubalcaba de lograr frenar una sangría de votos que ya va camino de dejar al PSOE con el peor resultado electoral de su historia (una extrapolación de las municipales lo situaría con 119 escaños, seis menos que los logrados por Joaquín Almunia en el año 2000). «Estamos hablando de dos tiempos -dicen-, una cosa es lo que aún hay que hacer para salir de la crisis y otra lo que hay que ir preparando ya para despegar».

En el apartado de «cosas que hay que ir preparando», estaría la tasa sobre los beneficios bancarios, la propuesta más sonada del discurso de proclamación de Rubalcaba en el Palacio de Municipal de Congresos de Madrid. «Tendremos que ver qué momento es el adecuado para hacer eso -matizó Valenciano en la Ser-. Desde luego, no cuando la banca está en un proceso de reestructuración, ni cuando está en una situación de fragilidad». Es decir, en ningún caso se estaría hablando de antes de marzo de 2012, que es el plazo límite extraordinario que tienen las cajas para completar su salida a Bolsa.

También entraría en ese saco otra iniciativa que pasó inadvertida el sábado: la mejora del sistema de pensiones para los trabajadores a tiempo parcial. Una apuesta que se sale del marco de la reciente reforma del modelo, en su fase final de tramitación en las Cortes. «No es una enmienda a la totalidad de la política de Zapatero -esgrimió también la coordinadora de la campaña de Rubalcaba- es un política distinta porque el momento exige cosas diferentes».

Agenda social

La cuestión es que los Presupuestos son una norma determinante, a caballo entre el presente y el futuro inmediato. Y el deseo de los ministros más políticos del Gobierno, que ya han protagonizado algunos debates intensos en el Consejo -Manuel Chaves, José Blanco, Valeriano Gómez- es que los de 2012 pongan el acento en la agenda social. El tira y afloja con Salgado está asegurado.

Salvo sorpresa, tanto la vicepresidenta económica como los dirigentes socialistas mencionados seguirán estando en el gabinete de Zapatero tras la marcha de Rubalcaba, hasta el final de la legislatura. La crisis que, probablemente, se dará a conocer hoy no se prevé revolucionaria, aunque hay quien apuesta por que el presidente aprovechará la ocasión para eliminar y unificar ministerios como Educación y Cultura (lo que implicaría la salida de Ángeles González-Sinde) o Justicia e Interior, para así lanzar un mensaje de austeridad.

Los dos nombres más mencionados en las quinielas de los socialistas han sido durante toda la semana los de Ramón Jáuregui como futuro ministro Portavoz y José Antonio Camacho, como número dos de Interior promocionado a ministro. Pero Zapatero nunca ha sido amigo de la previsibilidad. Al menos en este terreno. Y la de hacer Gobiernos es su principal potestad.