Economia

Zapatero espera que el 'PP griego' se aparte del «no facilón» de Rajoy

El primer ministro heleno confía en ganar la votación de la próxima semana y eleva a 110.000 millones el segundo rescate

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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José Luis Rodríguez Zapatero pidió a la oposición griega que no siga el ejemplo del PP y apoye el plan de austeridad del Gobierno de Atenas. El líder socialista subrayó que la Unión Europea había enviado una advertencia «muy seria» al jefe de Nueva Democracia -la principal formación conservadora helena- para que no haga descarrilar la aprobación de los ajustes. A su juicio, la segunda fuerza política del país mediterráneo debería huir de la «actitud facilona» de Mariano Rajoy y dar el 'sí' a las «trascendentales» reformas que se votan la próxima semana.

El presidente del Gobierno compareció en Bruselas tras la última cumbre europea antes del parón veraniego. La crisis griega, que domina la actualidad en la UE desde hace semanas, volvió a ser el tema estrella del encuentro. Dadas las dificultades internas que atraviesa el gobernante del Pasok, todos los líderes comunitarios presionaron a la oposición helena para que despeje cualquier incertidumbre y respalde al Ejecutivo socialista. Antonis Samaras, líder de Nueva Democracia, no ha dado su brazo a torcer e insiste en que votará en contra del plan de austeridad.

Las comparaciones entre la situación griega y la española eran inevitables. Zapatero no eludió la reflexión y admitió que le «habría gustado ver al PP asumiendo responsabilidades» cuando el Gobierno llevó sus ajustes al Congreso. «A más crisis, más responsabilidad. Cuantas más dificultades, mayor debería ser la actitud de respaldo», remarcó. Por ello, lamentó que Rajoy prefiera «la facilona tarea de votar en contra y decir que la culpa es del Ejecutivo». El líder socialista subrayó que en «una cuestión de país» el interés general debe prevalecer por encima de «colores y siglas políticas».

Zapatero afrontará con esta actitud de esfuerzo compartido el Debate sobre el estado de la Nación de la próxima semana. En su última comparecencia como presidente en una sesión de estas características, volverá a pedir a la sociedad española un nuevo empujón «colectivo para llevar adelante la difícil tarea de la recuperación». En cuanto a la estabilidad parlamentaria, el presidente desveló que sigue confiando en su relación con el PNV. Según detalló, estaba convencido de que la reforma de la negociación colectiva no iba a quedar varada porque había hablado «hace días y semanas» con Iñigo Urkullu.

El primer ministro griego, George Papandreou, también tiene plena confianza en sus respaldos parlamentarios. El líder del Pasok prometió a sus homólogos europeos que el paquete de recortes saldrá adelante. Pese a contar con mayoría absoluta, varios diputados han desertado en las últimas semanas ante la dureza de los ajustes. A exigencias de la UE y el FMI, Atenas ha elaborado un paquete de austeridad hasta 2015 que contempla un tijeretazo de 78.000 millones. El programa incluye la eliminación de 150.000 puestos de funcionarios, nuevos impuestos, recortes en el Ejército y un macroplan de privatizaciones.

Indispensable

El 'sí' del Parlamento heleno es indespensable para que la UE firme un cheque de 12.000 millones a principios de julio. Este dinero salvaría de la bancarrota a Atenas y, por extensión, evitaría una hecatombe en la zona euro. Papandreou se mostró tan convencido de que superará la votación que ayer ya realizaba cálculos en Bruselas sobre el segundo rescate de su país, que se negocia paralelamente. El líder socialista estimó que la cantidad final será similar al actual salvavidas. Es decir, alrededor de 110.000 millones de euros, aunque dependerá de la implicación final de los bancos.

Nicolas Sarkozy precisó en la capital comunitaria que su país ya se ha puesto manos a la obra para lograr la participación de bancos y seguros en el rescate. Las entidades francesas son las más expuestas a la deuda helena con 37.400 millones de inversión. «Hemos tenido muchas reuniones y no hay dificultades», apuntó. Los socios comunitarios confían en que el sector privado se comprometa a seguir comprando títulos helenos por unos 30.000 millones. La banca española apenas está implicada, porque tiene muy poca deuda griega en sus carteras de inversión.