Economia

¿Quién vuela en 'low cost'?

El 55,5% de los aviones que llegan a España desde el extranjero ya pertenecen a las flotas de las compañías de bajo coste

MADRID. Actualizado: Guardar
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De los aviones que llegan a España desde el extranjero, el 55,5% son de alguna compañía considerada de bajo coste. Los pasajeros 'low cost' son legión y no paran de crecer. En 2003 apenas representaban el 30% del total. Su número aumenta sin parar (un 12% de avance interanual el pasado mes de marzo) y su perfil es muy distinto del que se pueda imaginar. Regresan más contentos a sus casas, repiten con mayor frecuencia sus vuelos al país y cada año que pasa son más generosos.

El viajero de billete barato se diferencia bien poco del que vuela en aerolíneas tradicionales. Sí conserva alguna característica propia, como un menor gasto medio por persona durante su estancia que, sin embargo, suele ser más larga, lo que compensa la cuenta de resultados final. Poco a poco, la distancia con el cliente de las compañías de 'toda la vida' se reduce sin remedio. Inciden en ello los abundantes viajeros europeos -en su mayoría profesionales- que se desplazan con mucha frecuencia para pasar fines de semana más o menos largos en las viviendas que han adquirido en costas españolas.

Esta es la fotografía de un cliente que ha roto el 'statu quo' imperante durante décadas en el negocio aéreo, y que ha obligado al resto del sector a volar en busca de fórmulas similares para competir en igualdad de condiciones y evitar la ruina de su negocio.

Éxito rotundo

El precio cuenta mucho, y más en plena crisis, pero no lo es todo. Lo que surgió como una alternativa barata que traía extranjeros más que transportaba nacionales fuera de las fronteras, y los aterrizaba en aeropuertos secundarios, ha pasado a ser el 'rey' del negocio en Europa. El 2010, un año de recuperación en el negocio aéreo continental a pesar del volcán islandés, deja cifras demoledoras. Las compañías de bajo coste (CBC) mejoraron su pasaje un 6,8%, frente al repunte entre las tradicionales (1,1%), que lograron romper ocho ejercicios de caídas continuadas. Sus aviones, y aquí está parte del éxito, llegan más llenos. En concreto, al 80%, frente al 73% de asientos ocupados de sus rivales. Su 'truco', a veces problemático, es que maximizan el tiempo y los aviones, con escalas cortas y embarques acelerados.

Empleados con estudios

A grandes rasgos, según datos del Ministerio de Industria, el pasajero 'low cost' tiene de media entre 25 y 44 años, cuenta con estudios superiores, está empleado y disfruta de una renta media. Exactamente igual que el viajero 'tipo' de las compañías tradicionales. Hasta aquí, ninguna diferencia. Aparece algún matiz cuando se analiza a esos viajeros 'baratos' y se comparan con los de 2004. En ese tiempo, el porcentaje de rentas bajas y medias-bajas ha caído. Sin embargo, ha crecido, y mucho, el ratio de pasajeros con estudios superiores, que en ese tiempo ha pasado del 39,6% al 56%. Otro dato curioso, el segundo grupo más numeroso entre los CBC, tras los ocupados, es el de los jubilados (10,5% frente al 8,7% de las tradicionales). Están 'enamorados' del país, pues más del 81% ya han estado aquí, y el 36,5% ha venido más de diez veces.

Viajeros.com

Quizá sea el rasgo más característico de los viajeros 'low cost'. Son muy independientes, se preparan ellos mismos sus viajes, y adquieren de forma mayoritaria sus pasajes en Internet. El propio modelo CBC ha crecido al amparo de la red. El 75,95 de los turistas de bajo coste utilizaron Internet (no solo para comprar, sino también para comparar precios, preparar su ruta y reservar pasajes o alojamientos) frente al 57,2% de los usuarios de compañías tradicionales. Aquí la mayor diferencia se encuentra en el pago, que el 69% de los 'low cost' hace en la red, que solo convence al 42,8% del resto de viajeros.

Más previsores

Otra 'marca de la casa' es el poco apego a contratar paquetes turísticos: solo un 26,4% en las bajo coste frente a un 43% de los tradicionales. Cuando compran el billete de avión son bastante más previsores, pues lo hacen 46 días antes del viaje, una semana antes que los que pagan billetes más caros. En cuanto a los motivos del viaje, el más común en los CBC es el ocio (90,7%), que se queda en el 81,3% en el resto. También viajan menos por razones de trabajo o estudios. Lo que tienen claro es que no les gustan los hoteles (el 61% los contratan, frente al 75% entre los tradicionales). Prefieren el alquiler, las casas propias o de los amigos. Eso sí, en promedio se quedan más tiempo.

Golf y spa

¿Qué hacen cuando llegan? El reparto por actividades que hace el ministerio dirigido por Miguel Sebastián refleja que les gusta más la diversión (24,6% frente a 23,3%) que la cultura (47,6% y 56,5%, respectivamente). Queda claro que prefieren la fiesta a los museos, pero el análisis de la letra pequeña del informe desvela que no hay tanta diferencia cuando el motivo del viaje es el deporte, responsable del 11,1% de los desplazamientos en ambos modelos de aerolínea.

No hay ninguna diferencia en los viajes para cazar, disfrutar de un deporte-aventura, el esquí, la náutica o el senderismo. No sucede lo mismo, cuando el desplazamiento a España es para jugar al golf; apartado en el que 'ganan' los viajeros de bajo coste. La gastronomía como 'leit motiv' del viaje es igual en los dos casos (8,2% y 8,6%). Donde ganan los viajeros tradicionales es en los desplazamientos para descansar en balnearios o complejos de talasoterapia, motivo del doble de viajes que entre los turistas CBC.

Diferencias

Las mayores diferencias se observan a la hora de aligerar el bolsillo. El dinero no es en absoluto desdeñable en el caso de los 'low cost' (son responsables ya del 45% del gasto total de los turistas aéreos extranjeros), puesto que al destinar menos al billete de avión desembolsan más euros en España. Para evitar distorsiones, Industria analiza el gasto de los llegados desde Europa sin paquete turístico. El promedio de los turistas de billetes baratos se queda en 84,2 euros por día y 821,1 euros por persona, por debajo de los 109,5 y 1.041 euros del pasajero 'tradicional'. Eso sí, desde 2004, el desembolso diario ha crecido un 50% en el caso de los primeros y solo un 30% en el de los segundos. Estos últimos se gastan de media más dinero en el transporte, el alojamiento y los restaurantes, mientras los CBC dedican un mayor porcentaje a la compra de alimentos; en concreto 7,2 frente a 6,7 euros por persona y día.