ANDALUCÍA

El contrapoder local como principal arma

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El PP sin duda parte como favorito, como caballo ganador. Javier Arenas está ya a las puertas de lograr uno de sus sueños, ser el presidente de la Junta y llevar a su partido al gobierno de Andalucía. Los resultados del 22M han aupado al PP a la posición más ventajosa. A partir de ahora cinco presidentes de diputaciones y ocho alcaldes de capitales, más otros de ciudades medias y pequeñas, unirán sus potentes voces en un coro con una sola canción: Debilitar del todo al PSOE a través de un contrapoder reivindicativo frente a Griñán. Javier Arenas avisó en el Parlamento el pasado jueves de ello al presidente de la Junta, cuando le pidió que dé el mismo trato a todos los ayuntamientos sean del color que sean. «Estoy seguro de que estaremos de acuerdo en ello», le espetó irónico. La fórmula es muy vieja, se llama confrontación y ya la aplicó Chaves con Aznar cuando le pedía un día sí y otro también la deuda histórica o le hacía un 'pensionazo'.

En el PP se pide prudencia a sus nuevos gobernantes y, sobre todo, buenas maneras. Nada de estropearlo todo con gestos autoritarios o triunfalistas de ahora soy yo el que mando. Lo llaman cambio tranquilo, como lo llamó Felipe González, como lo llamó Zapatero, como lo llamó Thatcher en los setenta y Miterrand después. Arenas, que es una esponja aprendiendo de todos y de todo, tiene contados los pasos hasta la definitiva puerta del cambio y no va a dar ninguno atrás. Por algo lleva la iniciativa política en Andalucía desde hace dos años.