Rouco Varela, ayer, durante su intervención. :: EMILIO NARANJO / EFE
Sociedad

Rouco cree que la ley de muerte digna no contempla la eutanasia

El presidente de los obispos afirma que la problemática de los jóvenes «está en el paro, pero sobre todo está en su corazón»

MADRID. Actualizado: Guardar
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El presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, considera que el anteproyecto de ley de Cuidados Paliativos y Muerte Digna aprobado por el Gobierno «no es una ley de eutanasia». Durante un desayuno informativo, el cardenal arzobispo de Madrid admitió que su todavía no ha leído un texto que, desde diversas instancias de la Iglesia, ha estado precedido tanto por un rechazo frontal como por duras críticas.

Rouco Varela valoró con prudencia el proyecto del Ejecutivo del que «el primer juicio es que no es una ley de eutanasia». El cardenal insistió que los expertos de la Iglesia están estudiando «detalladamente» su contenido para analizar su articulado, de manera que se cerciore si deja abierta la puerta a la eutanasia, tanto activa como pasiva.

El anteproyecto de ley de muerte digna, presentado el 13 de mayo y que deberá ser estudiado en comisión por el Parlamento, define los derechos de los pacientes en situación terminal, para evitar el «sufrimiento innecesario y el encarnizamiento terapéutico», según destacó entonces la ministra de Sanidad, Leire Pajín. La iniciativa, en cuya gestación participaron expertos, agrupaciones de enfermos y profesionales sanitarios, garantiza el derecho de los enfermos en agonía a prescindir en un momento dado de los tratamientos. El texto prevé el uso de sedaciones, incluso si ello acelera la muerte. En todo caso, lo que no pretende es autorizar la eutanasia ni el suicidio asistido, que están penados por la legislación vigente.

Rouco ambién se refirió a los 'indignados' que se encuentran acampados en la madrileña Puerta del Sol. A su juicio, la problemática que padecen los jóvenes españoles «está en las situaciones de paro, pero sobre todo está en su corazón, y ahí es el único sitio donde pueden solucionarse».

El cardenal de Madrid comparó la comparación actual con una casa en llamas: «Si estamos en esta situación lo importante es llamar a los bomberos, pero sobre todo lo más importante es actuar para que esto no vuelva a pasar, y para ello se necesita algo más que soluciones técnicas».

En este sentido, en su conferencia bajo el título 'A tres meses de la Jornada Mundial de la Juventud', el presidente de la Conferencia Episcopal puso como ejemplo la experiencia que el próximo mes de agosto vivirán en Madrid muchachos de 182 países.

Según aseguró los frutos de estos encuentros se pueden ver «en el corto alcance: son muchas las vocaciones al sacerdocio, a la vida consagrada, al matrimonio, que surgen de cada Jornada Mundial. Pero también y sobre todo en el largo plazo suponen una contribución a la sociedad actual: energía para resolver la crisis y fortalecer el camino de la paz», destacó.Con una expectativa de asistencia de dos millones de jóvenes, Rouco Varela aseguró que los actos preparados serán baratos, porque «no hay nada tan barato como rezar».