Un grupo de votantes escoge sus papeletas en un colegio de Aravaca (Madrid). :: ÁNGEL DÍAZ / EFE
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Estampida de votos socialistas hacia el PP

La mayoría de los desencantados con el PSOE se pasaron al bando popular y en menor medida hacia Izquierda Unida Por primera vez se produce este trasvase masivo

MADRID. Actualizado: Guardar
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Las elecciones autonómicas y municipales hicieron añicos el axioma de que los socialistas cuando no votan al PSOE se quedan en la abstención o respaldan a otras fuerzas de izquierda. En esta ocasión, hubo un trasvase mayoritario de los desencantados con el partido gubernamental hacia el PP y en menor medida a IU. En casi todas las comunidades el principio de los vasos comunicantes funcionó a la perfección y lo que perdió el PSOE lo ganó casi siempre el PP.

Conocida era la escasa fidelidad de los socialistas, las encuestas constataban que mientras el 90% del votante del PP iba a revalidar su apoyo este domingo, en el caso del simpatizante del PSOE apenas entre el 50 y 60 % tenía la misma disposición. La sorpresa radicó en que en lugar de quedarse en casa, el socialista crítico se decantó por el adversario. Un comportamiento que el vicesecretario general del PSOE no dudó en calificar de excepcional.

Este cambio de conducta, reconocen en el partido gubernamental, responde a la irritación ciudadana por las elevadas tasas de paro y la gestión de la crisis que ha motivado recortes salariales y de pensiones. Pero hay dos factores adicionales, la votación de muchos en clave de elecciones generales para castigar a José Luis Rodríguez Zapatero y el deseo de cambio sin miedo a que la derecha gobierne.

Los socialistas han perdido un millón y medio de sufragios en relación a las anteriores municipales. Un primer análisis de la hemorragia del PSOE constata que en torno a 1,2 millones de sus electores en 2007 emigraron al PP y poco más de 200.000 a IU. El fenómeno se atenúa en las ciudades en las que los populares disfrutan de confortables mayorías absolutas, en éstas el trasvase es hacia la izquierda.

En Madrid y Barcelona, la irrupción de UPyD y la ola ganadora de CiU, distorsiona la foto. En la capital tanto PSOE como PP pierden tres concejales, de los que cinco van al partido que lidera Rosa Díez y uno a IU. De los dos ediles que pierden los socialistas en el consistorio barcelonés uno corresponde al PP y otro a la federación nacionalista. En Valencia, los cuatro que huyen del PSOE se refugian en IU y en los nacionalistas de Compromís.

En Sevilla, el PSOE se deja cuatro concejales, uno la coalición de Cayo Lara y los cinco recaen en el PP; en Zaragoza, los socialistas pierden tres y los populares ganan tres; en Málaga, el PSOE sufre la merma de tres ediles que se reparten entre el PP, dos, e IU, uno; en Las Palmas, los socialistas vieron volar seis ediles, de los que cuatro anidaron en el grupo popular y dos en Nueva Canarias; en Alicante, el PSOE se deja seis que se distribuyen entre los tres que gana el PP, dos para IU y uno para UPyD; en Valladolid, los socialistas pierden cuatro concejales que se reparten a partes iguales los populares y la coalición de izquierda; y en La Coruña, los tres ediles que huyen del PSOE y los dos del BNG recaen en el PP, cuatro, e IU, uno.

En las comunidades

Este principio de los vasos comunicantes se puede apreciar aún mejor en las comunidades. En Aragón, el PSOE pierde ocho escaños y el PP gana siete; en Asturias, los socialistas pierden seis que se van al Foro Asturias de Francisco Álvarez Cascos; en Cantabria, los tres diputados que se escapan al PSOE recaen en el PP; en la Comunidad Valenciana, el PSOE se deja cinco escaños, de los que uno va a al PP y cuatro para IU y Compromís.

En Castilla-La Mancha, los socialistas tienen dos diputados menos que engordan los del PP; en Castilla y León, el PSOE pierde cuatro y el PP suma cinco; en Canarias, los socialistas sufren la sangría de 12 que se distribuyen entre el PP, seis, Coalición Canaria, dos, y Nueva Canarias, cuatro; en La Rioja, los tres que se van del PSOE aterrizan en terreno popular; en Extremadura, los socialistas se dejan ocho diputados, de los que cinco recalan en el PP y tres en IU; en Murcia, cuatro escaños socialistas van a parar a los populares.

El partido que lidera Mariano Rajoy apenas sufre desgaste. Solo en Asturias tiene que soportar el mordisco contundente del Foro de Francisco Álvarez-Cascos, que se lleva diez diputados del PP, y un poco también en la Comunidad de Madrid, sobre todo en la capital, en beneficio de UPyD.