El vicesecretario general del PSOE, José Blanco, durante la rueda de prensa en Ferraz. :: CHEMA MOYA / EFE
Ciudadanos

El PSOE se encamina hacia la batalla por la sucesión de Zapatero

Los partidarios de Rubalcaba desean que nadie más se presente a las primarias, pero Chacón se muestra lista para dar el salto

MADRID. Actualizado: Guardar
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El PSOE sigue adelante con su 'hoja de ruta'. El estrepitoso batacazo en las elecciones del domingo no ha alterado ni un ápice los planes anunciados el pasado 2 de abril por José Luis Rodríguez Zapatero. No habrá adelanto electoral; tampoco un congreso para renovar el liderazgo interno y se abrirá un proceso de primarias para elegir al candidato que concurrirá a las generales en marzo de 2012. Se avecina un tiempo convulso para los socialistas.

El vicesecretario general del partido, y responsable de esta campaña electoral, José Blanco, afirmó ayer tras la reunión de la ejecutiva que ya ha hablado con la «inmensa mayoría» de los dirigentes del partido que pintan algo cuantitativa y cualitativamente y que nadie quiere ahora una noche de cuchillos largos. «Hay un sentimiento claro y unánime de que hay que hacer las cosas bien y mirar al futuro del partido -dijo-; pero en ningún caso vi ganas de hacer ajustes de cuentas».

En la dirección socialista aseguran que, a diferencia de otras ocasiones, en las que se obligó a dimitir desde Ferraz a varios secretarios regionales por sus pobres resultados, ahora no rodarán cabezas. Pero el planteamiento de Blanco va más allá de lo obvio y tiene que ver con las primarias. Aunque no lo formulara abiertamente, el número dos del PSOE desearía que una vez abierto el obligatorio proceso interno no haga falta llegar a la votación; es decir, que solo haya una candidatura.

Su opción siempre ha estado clara, el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, que, ni se ha pronunciado aún ni, según aseguran en su entorno, tiene intención de hacerlo hasta que el Comité Federal del sábado establezca un calendario.

No parece, sin embargo, que la ministra Defensa, Carme Chacón, esté dispuesta a dejar el camino libre. Y ayer lo demostró claramente. A pesar de ser poco amiga de las declaraciones, fue una de las escasas dirigentes socialistas, la única, de hecho, junto al presidente castellano-manchego, Jose María Barreda, que se acercó a los informadores antes de entrar en la ejecutiva. Se mostró rotunda y dijo que el «severo castigo» sufrido por el PSOE obliga a una «reflexión profunda en todos los órganos democráticos del partido».

El gesto fue mínimo, pero suficiente para quienes están convencidos de que no dará su brazo a torcer. La siempre discreta ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, no dudó, de hecho, en lanzarle un sutil reproche desde Bruselas y dio a entender que no es momento para que nadie intente desmarcarse de lo ocurrido. Recordó que tanto ella como la ministra de Defensa forman parte de un Gobierno que toma decisiones «corales» e insistió en que todos son responsables.

En este clima previo a la batalla las palabras de Blanco toman aún mayor importancia porque si algo se desprende de ellas es que como hombre fuerte del 'aparato' no ha perdido ni un segundo en mover sus hilos y llamar a las puertas de los notables socialistas para tomarles el pulso.

Tampoco es baladí el hecho de que pusiera 'peros' al planteamiento de Barreda, uno de los principales apoyos de Chacón, sobre la necesidad de hacer una «revisión ideológica muy profunda».

Nuevo proyecto

Los detractores de Rubalcaba lo hacen en buena medida cómplice de la ortodoxia económica puesta en práctica por la vicepresidenta económica, Elena Salgado, con la que mantiene una buena relación. No son pocos los que creen que esa política es, precisamente, la culpable de esta catástrofe electoral. Pero Blanco, como Zapatero en la noche del domingo, defendió que el problema no está tanto en las medidas adoptadas como en que el Gobierno «no ha sabido o no ha podido explicar sus razones».

Más allá, aseveró que hay que leer bien los resultados porque, en contra de lo que ocurría habitualmente, la pérdida de poder socialista no se ha «reequilibrado» hacia la izquierda sino hacia el centro derecha. «Habrá que analizar las causas con los estudios postelectorales y a partir de ahí habrá que enderezar el proyecto del PSOE», alegó.

Está por ver que su opinión sea la mayoritaria. Según Blanco, nadie en la ejecutiva planteó la necesidad de ir más lejos de unas primarias. Pero el líder de los socialistas extremeños, Guillermo Fernández Vara, el único 'barón' en pie, sí admitió en TVE que si él fuera Zapatero pensaría si no conviene un adelanto electoral.