Strauss-Khan, con su abogado, durante su vista ante la juez. Arriba, una nota en la casa de la víctima pide que no se la moleste. :: S. S. / AP
MUNDO

Ofensiva para excarcelar a Strauss-Kahn

El director del FMI es vigilado las 24 horas, mientras sus abogados ultiman una nueva estrategia para su libertad bajo fianza

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Su cliente era un hombre poderoso que degustaba caviar, conducía un Porsche y se preparaba para ser el próximo presidente de Francia. De la noche a la mañana su carrera está tan arruinada como su reputación, su menú no pasa de hamburguesas de pavo en una cárcel donde se cocina para 14.000 personas y todo lo que ve de cielo es una hora diaria de nubes grises en una ciudad donde hace una semana que no sale el sol. Y encima podría haberse contagiado de sida. No es de extrañar que el primer objetivo de sus abogados sea sacarle de la cárcel de Rikers, donde Dominique Strauss-Kahn está en la lista de presos con riesgo de suicidio.

Fuentes de la famosa prisión retratada en las series de policías neoyorquinos han dicho que el todavía director del Fondo Monetario Internacional (FMI) no ha llevado a cabo ningún intento de suicidio sino que las medidas se deben a algo que haya dicho durante el examen psicológico rutinario que se hace a todos los presos cuando ingresan en Rikers. Los funcionarios no han especificado en qué consisten las medidas que se le han impuesto pero lo habitual en otras prisiones es someterle a vigilancia 24 horas y eliminar de su alcance cualquier objeto que sirva para quitarse la vida. En el caso del soldado Bradley Manning, sospechoso de haber filtrado millones de documentos a Wikileaks, se llegó a quitarle hasta las sábanas para que no pudiera ahorcarse y se le obligó a acostarse prácticamente desnudo.

Los abogados de Strauss-Kahn planean subir la oferta de un millón de dólares de fianza, entrega de pasaporte y uso de brazalete electrónico que la jueza Melissa Jackson denegó por haber sido detenido en un avión rumbo a un país con el que EE UU no tiene tratado de extradición. En la cárcel, el director del FMI disfruta de una celda individual con baño propio en una de las alas más pequeñas reservada para detenidos con enfermedades contagiosas, lo que le permite no tener que lidiar con la población carcelaria más común.

Según 'New York Post', si las acusaciones de que el sábado sodomizó e intentó violar a una camarera del hotel Sofitel son ciertas tendría que preocuparse también de haber contraído sida. El tabloide que ha llevado el paso con este caso asegura que su presunta víctima es una viuda guineana de 32 años que vive sola con su hija en un apartamento del Bronx reservado a adultos infectados de VIH. Su abogado ha desmentido que sea portadora del virus y sostiene que subalquila el piso a alguien, lo cual sería ilegal y apenas uno de los muchos problemas a los que se enfrenta tras convertirse en el centro del caso contra uno de los hombres más poderosos del mundo. La policía incluso intercepta sus llamadas para que nadie la intimide y retire los cargos, según 'New York Post'.

Sin parar de llorar

Jeffrey Shapiro dice no tener la menor duda de que su cliente dice la verdad. En entrevista la ha descrito como una mujer humilde que ha quedado traumatizada por el asalto sexual y que no para de llorar porque su vida común se ha visto trastornada para siempre. «Ni siquiera puede volver a su casa porque la prensa extranjera ha publicado su nombre, tampoco puede regresar al trabajo; es un cataclismo para ella», lamentó el abogado. «Se pasa el día viendo a su asaltante en la tele. Vino de un país en el que los pobres tienen pocos derechos y casi ninguna justicia y ahora vive en uno donde tienen los mismos derechos que los ricos y poderosos», defendió el letrado.

Shapiro y la víctima tuvieron ayer su primera oportunidad de hablar ante el gran jurado que decidirá si el caso va a juicio. «No tiene miedo al proceso, lo único que realmente le asusta es que alguien vaya a hacerle daño a su hija», confió el abogado. «Cuando el jurado la vea en persona y oiga su testimonio las acusaciones de que fue un encuentro sexual consentido van a parecer ridículas», prometió.

Rastros en la habitación

La policía busca también pruebas específicas que apoyen su testimonio. Según 'The Wall Street Journal', el martes la llevaron de vuelta a la escena del crimen para que mostrase a los investigadores el lugar en el que dice haber escupido después de que Strauss-Kahn la forzase a realizar sexo oral. El trozo de unos cuatro metros de moqueta se encontraría ahora en los laboratorios forenses, junto con muestras tomadas del lavabo, una tirita manchada de sangre, unas lentes de contacto desechables, palillos de dientes usados y un vaso de agua. Los vídeos de seguridad del hotel la mostrarán huyendo de la habitación bañada en lágrimas. El gerente tardó 15 minutos en subir a la sala donde la consolaban otros empleados pero en ese tiempo Strauss-Kahn ya se había marchado a la carrera, como revelarán las imágenes.

Buena musulmana, que vestía velo, trabajadora incansable y abnegada madre, según los vecinos, ahora la acosan abogados influyentes en busca de una jugosa comisión. «Podría ganar seis millones de dólares (más de cuatro millones de euros) solo con no hablar», dijo uno al 'New York Post'. Pero Shapiro asegura que ni siquiera han iniciado demanda civil para cobrar indemnización alguna. «Lo único que quiere es que se demuestre que es verdad lo que ha contado», insistió.