Imagen de la limpieza de las zonas aledañas al cauce del río, llevada a cabo el pasado año. :: J. FERGO
Jerez

La Junta anuncia el deslinde de 70 kilómetros del Guadalete

La desafectación es un requisito indispensable para que se puedan acometer actuaciones que reduzcan el riesgo de inundaciones

JEREZ Actualizado: Guardar
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La Consejería de Medio Ambiente iniciará «en los próximos meses» los trámites necesarios para el deslinde de 70 kilómetros del río Guadalete, entre los términos municipales de Jerez y Arcos. En declaraciones a los periodistas, la delegada de Medio Ambiente en Cádiz, Silvia López, explicó que el deslinde es requisito indispensable para acometer distintas actuaciones en el río, como su adecuación ambiental a su paso por Jerez y la recuperación del antiguo meandro de la Junta de los Ríos, en Arcos.

Las intervenciones tienen como objetivo la mejora ambiental del río, la reducción de los riesgos ante las inundaciones, la recuperación del río como lugar de esparcimiento y disfrute de los ciudadanos y la mejora de su funcionamiento hidráulico, como afirmó la delegada. Asimismo, López señaló que el proyecto de mejora del entorno del Guadalete a su paso por Jerez pretende proteger y recuperar el Dominio Público Hidráulico asociado al río, habilitar un nuevo espacio para el contacto con la naturaleza y generar una oportunidad de desarrollo socioeconómico local.

El proyecto, según López, terminó de redactarse el año pasado, estimándose el coste de las actuaciones en 3,5 millones de euros y afectando las intervenciones a 9 kilómetros del cauce del río. Los trabajos se desarrollarán en el espacio delimitado por la línea de vegetación actual y una banda adicional de entre 20 y 30 metros de ancho con zonas de cultivo y caminos existentes.

En cuanto a la recuperación del meandro de la Junta de los Ríos, se pretende rescatar el espacio fluvial perdido a lo largo de los años como consecuencia de actuaciones humanas, reduciéndose en un 70% la zona ocupable por los cauces en las crecidas ordinarias. Esta circunstancia viene generando notables riesgos a la agricultura, las infraestructuras e incluso a los núcleos habitados cercanos, que quedaron aislados con las inundaciones del invierno de 2010.