Sociedad

Rafael Marín esboza el retrato de una generación

'El niño de Samarkanda' retrata a un artista adolescente en una sociedad lejana y su amor por la literatura El escritor escribe sobre su amigo Juan José Téllez

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Aunque suene a nombre de cantaor flamenco con toque exótico, 'El niño de Samarkanda' no es otro que un joven Juan José Téllez, enamorado de la lectura desde crío y ejemplo de una generación que se formó a finales de los años sesenta y vivió los primeros desencantos de la Transición. El escritor y guionista de cómics, el gaditano Rafael Marín, publica esta biografía «con mucho de real y de camuflado» de su gran amigo, escritor, periodista y poeta.

Pero Marín no llega a la Feria gaditana con un título bajo el brazo, sino que hoy presentará también 'La ciudad enmascarada', una novela de terror y misterio ambientada en el Carnaval de Cádiz, que emplea muchas técnicas narrativas. «Es una historia de mitos fenicios revividos. Me gusta el contraste entre el Carnaval, el momento de más alegría en la ciudad y el miedo, lo que oculta la máscara», apunta el autor, que protagoniza un acto a partir de las 18.30 horas, en el que intervendrán Téllez y Antonio Romero.

'El niño de Samarkanda' «habla de nuestra infancia y adolescencia, del descubrimiento de la literatura, el sexo, la política...». Para Rafa Marín, Téllez es un personaje épico, «más grande que la vida». Hasta los 10 años vivió en Algeciras y después se mudó a Cádiz. «A los 17 años era ya una leyenda», tan conocido en el círculo literario como ahora. Pero tristemente, se quedó huérfano y tuvo que regresar a su ciudad natal, donde según cuenta su compañero, «ya no le quedaba nada».

Cuenta el autor, que Téllez fue leyendo la novela capítulo a capítulo. Especialmente emotivo es el que habla de su abuela. «Cuando lo leyó, me mandó un mensaje diciéndome que le había hecho llorar, la verdad es que es muy bonito», cuenta Marín, que siempre recuerda uno de los primeros poemas del algecireño, 'Habló de mí, pero también hablo de los otros'...

Así, 'El niño de Samarkanda' se perfila como la historia de una generación. «En el fondo todo el que haya pasado por eso o que tenga aspiraciones literarias se va a sentir identificado». Es el niño que quería ser poeta, torero, astronauta o cantante pop, como reza en la contraportada de la novela, editada por Paréntesis.

Muy viajero

El nombre tiene aire exótico. En la historia, hay un momento en el que el personaje busca nombres de lugares lejanos, al ser testigo del vaivén de extranjeros que frecuentan el Estrecho. «Téllez siempre ha sido un hombre muy viajero. Ha tenido querencia de lo exótico. Sus amigos le decimos que sus libros son como discos de Miguel Bosé». Aun así, el título entraña un significado poético, «todos llevamos un Samarkanda dentro», resume Rafa Marín, que aunque sólo escribe en vacaciones, ya tiene terminada una novela corta, la juvenil 'A cuatro manos' y está a punto de culminar la tercera parte de su serie centrada en un boxeador de Cádiz, 'Lona de tinieblas'. Una especie de «novela negra con tono costumbrista, muy muy gaditana».

Además, el autor, muy curtido como guionista de tebeos, ya ha zanjado otro proyecto muy ambicioso, los cómics del Doce.

Marín asegura que las ideas le bullen sin cesar y lo próximo que emprenderá será «una novela fantástica o histórica», que, según él, le llevará un par de años.

Esta tarde presentará también en Cádiz 'La ciudad enmascarada', cuyos protagonistas son un profesor jubilado que fue poeta, una ex presentadora de televisión y un «señor gaditano típico que vive del aire». Editada por el Grupo Ajec, su sello habitual, la novela fue escrita hace un par de años, mientras que 'El niño de Samarkanda' la terminó hace justo uno. «Creo que de todas mis novelas es la que ha tardado menos tiempo en publicarse».