Morales es un referente en la integración de los inmigrantes. :: J. C. C.
Jerez

«En los países de los que vienen los inmigrantes, nuestra crisis suena a risa»

El 50% de los ciudadanos cree que los sueldos bajan por culpa de los extranjeros; en CEAIN alertan del aumento de tendencias xenófobas Paco Morales Director de CEAIN

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Un 49,2% de los gaditanos cree que «los sueldos bajan por la llegada de personas que vienen a vivir y a trabajar a España». Un 20,5 considera que, a la hora de acceder al mismo puesto de trabajo, ante la opción de elegir entre un español y un inmigrante, no se debe seleccionar al más cualificado sin tener en cuenta su origen. Un 13,3% piensa que los inmigrantes no deben tener acceso gratuito a la escuela y a la sanidad, como el resto de los españoles. Los datos incluidos en el último 'Barómetro de Opinión Pública de Andalucía' del Instituto de Estudios Sociales Avanzados, adscrito al CSIC, demuestran que la crisis está disparando la curva de tendencias xenófobas en la provincia. Paco Morales, responsable del Centro de Acogida de Inmigrantes en la Provincia, insiste en que los futuros problemas para «nuestro estado del bienestar no vienen de fuera, sino de las políticas de 'sálvase quien pueda'».

-¿Cómo está viviendo el colectivo inmigrante la situación económica actual?

-Lo están pasando mal como muchos españoles que tienen un trabajo en precario o lo han perdido, con el agravante de no contar con redes sociales o familiares que les apoyen. Si falla el empleo y además tu familia está lejos y tu permiso de residencia peligra porque no puedes cotizar a la Seguridad Social, el panorama se ensombrece bastante.

-Su perspectiva, en cualquier caso, será distinta...

-La mayoría de los inmigrantes ha vivido peores momentos que éste. De hecho, muchos están aquí porque en sus países de origen, esto de la crisis suena a risa, si lo comparamos, por ejemplo, con la situación que les toca vivir a muchos africanos desde hace décadas. Es verdad que la crisis económica nos está golpeando fuerte, pero si salimos del llamado mundo desarrollado, la situación es peor.

-¿Los que ya están aquí están disuadiendo a sus compatriotas de que lo intenten, tal y como están las cosas?

-En sus países de origen se proyecta una imagen irreal de Europa, como un sitio al que vienes y se acaban todas las penalidades. Es verdad que terminan unas penalidades, pero empiezan otras. En estos días he tenido la oportunidad de hablar con personas que me cuentan que cuando hablan ahora con familiares o amigos que están pensando en venir, les cuenta que no es el mejor momento para venir. ¿Lógico, no? Aquellos que, tras diez o quince años, han logrado estabilizarse, saben lo que les ha costado, los abusos por los que han tenido que pasar y las horas de trabajo que les ha costado tener lo poco que tienen. En definitiva, nadie les ha regalado nada.

-El 55,7% de los gaditanos cree que es negativo que vengan inmigrantes. ¿La crisis está sacando nuestra verdadera cara ante la inmigración?

-No sólo la crisis, en estos años se ha impuesto una visión muy conservadora de la inmigración. Se sigue enfocando bajo un prisma coyuntural, olvidando que nuestra sociedad es ya multicultural y que esto es irreversible. El problema para nuestro «estado de bienestar» no vendrá de los inmigrantes, vendrá, viene de la aplicación de las políticas que impongan el «sálvese quien pueda». A veces escucho cómo hay que gente que culpa al vecino inmigrante de que su hijo no haya conseguido plaza en la guardería o que se hayan quedado sin vivienda social. Esas personas proyectan su malestar con quienes tienen más cerca, en lugar de plantear una reivindicación colectiva para reclamar más plazas de guarderías o más viviendas sociales. Basta que un partido político utilice ese malestar para que tengamos montado el lío.

Peligro electoral

-La ecuación que viene es: crisis económica más próxima cita electoral. ¿Cree que en las municipales se reproducirán las tendencias xenófobas, algunas explícitas y otras soterradas, que hemos visto en las catalanas?

-Lamentablemente, la inmigración se ha convertido en un pretexto para atraer el voto de quienes piden soluciones aquí y ahora, señalando a los inmigrantes como el chivo expiatorio perfecto. Es muy fácil subirse a un atril y asociar -aunque sea veladamente- inmigración con inseguridad ciudadana o desempleo, y a continuación proponer el endurecimiento de la Ley de Extranjería. Es un discurso tan simple como falso. Pero en un debate en televisión tiene muchas posibilidades de llevarse a la gente de calle, sobre todo si quien está enfrente cae en la trampa y entra en el juego de a ver quién criminaliza más a los inmigrantes.

-¿Es factible un ascenso de la extrema derecha?

-Quienes hacen suyo este discurso vergonzante -ni siquiera abiertamente xenófobo- saben que mienten. El fin de esta película ya lo conocemos. En países de nuestro entorno, se empezó así y se terminó con que la ultraderecha en el gobierno, con tensiones sociales agudas y con una fractura en la convivencia que tardará en cicatrizar.

-¿El intento de algunos partidos de que haya un régimen laboral distinto para los trabajadores no comunitarios, que han estado a punto de salir adelante en el Parlamento Europeo, es un buen síntoma de cómo están cambiando sus actitudes también las instituciones?

-El proyecto que tiene la Unión Europea es hacer una directiva del permiso único, que unificaría los permisos de residencia temporales (hasta cinco años) de ciudadanos de países extracomunitarios. El problema es que esta unificación la están planteando abriendo la puerta a que los estados puedan restringir los derechos de estos ciudadanos. Por ejemplo, podrán restringir el acceso de estos ciudadanos a la vivienda social o al acceso a cursos de Formación Profesional, por ejemplo. ¿Dónde queda la ciudadanía europea si esto sale adelante? Con este proyecto se establecerían dos tipos de ciudadanos, los que tienen reconocido plenamente los derechos y los que no. Si ésta es la contribución de la UE a la integración y a la prevención de conflictos sociales, apañados estamos.