Jerez

'Karlos' se sienta al fin en el banquillo, en el juicio más esperado y mediático

El proceso judicial ha tardado cinco años en llegar a la sala de vistas, en medio de una expectación alimentada por la prensa del corazón

JEREZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Arranca esta tarde el juicio de los récords: el que más acusados ha sentado en el banquillo (25 personas), el más largo (18 días) y el que más periodistas ha atraído (casi 90, de 34 medios y programas diferentes) de cuantos se recuerdan en la Audiencia Provincial de Cádiz.

Comienza, en definitiva, el juicio del 'caso Karlos', sin duda el más esperado de los últimos años y el más mediático, no tanto por las cifras anteriores, sino por figurar entre los procesados María José Campanario, esposa del torero Jesulín de Ubrique, a la que se le acusa de conseguir de manera fraudulenta una pensión de invalidez para su madre, a través de la trama que supuestamente montaron el inspector médico de la Unidad Médica de Valoración de Incapacidades (dependiente de la Junta), Francisco Casto Pérez, y el exjefe de la Policía Local de Ubrique, Carlos Carretero. Ambos son en último caso, a pesar del tirón mediático de Campanario, las cabezas más visibles de esta operación -a Carretero, de hecho, le debe su nombre- y por tanto, se pide para ello la mayor pena de cárcel: diez años a cada uno, por delitos de falsedad documental y estafa. Para la esposa del torero y su madre, en cambio, el fiscal pide cuatro años y medio. La Junta y la Tesorería de la Seguridad Social, por su parte, como acusaciones particulares incrementan para Carretero y Casto la solicitud de pena a 14 años. Sin embargo, en el caso de Carretero, la pena que exige el fiscal podría reducirse drásticamente si, como se espera, llega a un acuerdo de conformidad, reconoce los hechos y devuelve el dinero supuestamente estafado. Además de Carretero, otros 14 acusados han manifestado al fiscal -Juan Bosco- su interés de llegar a este tipo de pacto, entre los que no se encuentran ni Francisco Casto, ni Campanario, que defenderán su inocencia y pedirán su absolución.

Con todo, la lista de acusados 'conformes' puede variar, pues los acuerdos no se confirmarán hasta que no se acabe el juicio y todos hayan cumplido con su parte del 'trato': por un lado, devolver el dinero, y por otro, explicar en el juicio los entresijos de la trama. Es más, algunos de los interesados en conformarse tienen previsto incluso impugnar algunas de las pruebas fundamentales contra ellos, como los pinchazos telefónicos, para tratar así de que el tribunal suspenda el juicio.

Esta fase de 'cuestiones previas' ocupará -según el guión previsto- las sesiones señaladas para esta semana, con lo cual (si los jueces deciden continuar con la vista) las esperadas declaraciones no tendrían lugar hasta el próximo 11 de mayo.

Aunque hoy no tengan turno de palabra, los 25 acusados tendrán que entrar en la Audiencia y sentarse en el banquillo: dos de las imágenes más esperadas por la avalancha de medios acreditados al juicio, para los que ha sido necesario acondicionar una habitación especial, contigua a la sala de vista, a la que se retransmite por circuito cerrado las imágenes del juicio.

Este sistema ya se utilizó en otros casos como la 'operación Malaya' o el más reciente por la muerte de la pequeña Mariluz Cortés, y ha evitado que el acto de juicio tuviera que trasladarse fuera de la Audiencia Provincial, como se llegó a barajar.

El número de acusados y la expectación en torno a ellos apabullan, aunque contrasten con el volumen de la estafa cometida, que apenas deja cifras récord: el pufo se estima en unos 220.000 euros. El espectáculo, sobre todo, está servido.