Guardia civil

Detenido por vender cocaína en la puerta de un instituto

Los agentes pillaron al traficante cuando entregaba una papelina a un joven comprador a escasos metros de un centro de Chiclana

Cádiz Actualizado: Guardar
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La venta de drogas en los alrededores de los centros educativos sigue siendo un caballo de batalla para los cuerpos policiales. Gracias a los controles que se vienen realizando desde hace cinco años, la Guardia Civil pudo cazar a un traficante el pasado miércoles en plena venta. Los agentes fueron testigos de cómo le entregaba a un joven una papelina a cambio de dinero. Esta transacción no se efectuó en un lugar apartado u oscuro sino a plena luz del día, en horario escolar y a escasos metros del Instituto Pablo Ruiz Picasso de Chiclana.

A una patrulla que se encontraba vigilando los alrededores del centro no se le pasó por alto un vehículo parado cerca de la puerta y cómo un joven se aproximaba al conductor. Según confirmaron fuentes oficiales, éste le hizo entrega de algo, que desde la distancia no vieron, pero sí cómo el comprador le daba dinero y se guardaba algo rápidamente.

Cuando los agentes irrumpieron en la escena, procedieron a identificar a los dos individuos; además de registrar el interior del vehículo. En la guantera localizaron otras siete papelinas de cocaína. Una octava fue hallada en el suelo. El comprador la había tirado supuestamente al aparecer la Guardia Civil. El presunto traficantes Rafael C. B., llevaba consigo unos 66 euros que presuntamente había conseguido al vender otras dosis antes. Los agentes procedieron a detenerlo.

En 2006, el Ministerio del Interior aprobaba un plan nacional de vigilancia específica en las inmediaciones de los centros educativos para erradicar la venta de droga. Los traficantes minoristas habían incluido en su cartera de posibles clientes a los adolescentes, a quienes buscan en los lugares de ocio o en la puerta de sus centros educativos. El aumento del consumo entre los jóvenes ha crecido notable en los últimos años y detrás de ese fenómeno está también la facilidad de acceso a los estupefacientes. Ante las continuas aprehensiones y detenciones, el Gobierno decidió prolongarlo 'sine die'.

Otro de los efectos que está provocando ese consumo elevado, sumado a la crisis, son los hechos violentos protagonizados por toxicómanos. También el miércoles, pero en la pedanía conileña de El Colorado, una farmacéutica sufrió el ataque de un individuo que entró en su local armado con una azada y exigiendo que le entregara una caja de tranquimazin. No le agredió, pero si provocó destrozos en la farmacia antes de conseguir los fármacos. Diego Sebastián R. L. fue detenido poco después.