El responsable de cirugía menor ambulatoria del centro de salud de Loreto atiende a una paciente en el quirófano. :: MIGUEL GÓMEZ
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55.000 operaciones sin pisar el hospital

Los quirófanos hospitalarios se ahorran un buen número de intervenciones gracias a los ambulatorios Los centros de salud de la provincia asumen un 30% más de procesos que en 2009 y dan un empuje a la lista de espera

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La actividad quirúrgica en los centros de salud es cada vez mayor. Conforme aumenta el número de usuarios, los ambulatorios siguen ampliando el catálogo de quirófano y ya le ahorraron 55.348 intervenciones a los hospitales de la provincia el año pasado. En general, se trata de operaciones sencillas de bajo riesgo que se resuelven con anestesia local. Los cuidados posoperatorios suelen ser mínimos y, en muchos casos, se reciben en la enfermería del centro o en el propio domicilio.

Estas operaciones corren a cargo de los propios médicos de familia, acompañados por enfermeros especializados o, por lo general, enfermeros que se apoyan en otros compañeros. Y se encargan de afecciones como las uñas encarnadas, la extirpación de pequeños fibromas y de quistes sebáceos, también actúan sobre papilomas y verrugas, drenaje de abscesos (que son acumulaciones de pus), limpieza, desbridamiento y sutura de heridas, así como la extracción de cuerpos extraños en las heridas. A lo largo del año pasado se hicieron en torno aun 30% más que en 2009.

Enrique Robles es el responsable del quirófano del centro de salud La Laguna de Cádiz. Lleva cinco años realizando este tipo de tratamientos y admite que la apuesta por la cirugía ambulatoria es cada vez mayor. «Yo soy enfermero y de manera tradicional siempre hemos atendido estas afecciones», explica. La cirugía menor pasó a la cartera de servicios de atención primaria en 2001 y supuso un verdadero alivio para los hospitales. Su centro de salud atiende ya a unos 20 pacientes a la semana.

Robles recalca que en este tiempo la formación ha sido continua y se han dotado mejor a los quirófanos de los ambulatorios. «Ahora contamos con el bisturí eléctrico y la crioterapia, que nos ha ahorrado mucho tiempo».

Un mes de espera

El principal logro ha sido la agilidad que se le ha dado a la lista de espera. En este caso, el proceso es mucho más simple. El médico de familia diagnostica y el paciente pide cita al celador. El tiempo medio de espera no suele superar el mes y es atendido en el mismo centro de salud. «No hay que pasar por el especialista y que luego derive el caso a quirófano como se hacía antes», aclara el enfermero.

En general, son procesos muy sencillos que apenas tienen complicaciones. Explica Enrique Robles que «cuando se detecta alguna anomalía o surgen dudas, se deriva de inmediato al hospital». También se deriva cuando la afección resulta más complicada, como puede ser el caso bultos de grasa demasiado grandes o con una localización difícil.

Las técnicas más utilizadas son la exéresis quirúrgica, que consiste en una pequeña incisión en la piel para retirar el tejido y que precisa de un par de puntos de sutura, y la crioterapia, que es la aplicación de frío sobre la piel para producir una destrucción total del tejido. Este servicio incluye también infiltraciones de articulaciones y tejidos blandos por problemas osteoarticulares como las tendinitis o los dolores articulares.

Uno de los primeros en realizar intervenciones fue el centro de salud Loreto-Puntales de Cádiz. Ya antes de que la cirugía menor pasara a ser una competencia de la atención primaria se hacían algunos procedimiento. Cuenta el responsable de la consulta, Manuel Domínguez, que era muy habitual tratar las uñas encarnadas y el drenaje de abscesos. Domínguez es también enfermero y es el único de su centro que se dedica en exclusiva al quirófano. También la llevan a cabo algunos médicos de familia, pero son menos en este caso.

Para mejorar la técnica ha recibido formación del equipo de Cirugía del Puerta del Mar. «El doctor Vázquez Gallego -el jefe de servicio- mantiene muy buena relación con nosotros y hemos organizado algunas jornadas de trabajo», recuerda el profesional.

Ahora Manuel se ha convertido en el profesor de los residentes que hacen la rotación en el centro de salud. «Tanto médicos como enfermeros pasan por nuestro quirófano y es una de las tareas que más les gusta», asegura. El motivo es que permite una mayor relación con el paciente y «tener una función más práctica».

Durante el año pasado, Lorento-Puntales atendió a más de 6.000 pacientes, a razón de unos 50 a la semana.