Los comercios estudian pedir daños y perjuicios

Cuando comenzaron las obras del tranvía los comercios y establecimientos de la ciudad se echaron a temblar aunque tenían el compromiso de que llegarían ayudas para solventar los problemas. Pero el tiempo pasó, los contratiempos aumentaron y no llegó ni un euro. Está claro que la crisis ha sido uno de los factores por el que los comerciantes han visto mermada la entrada de capital en sus cajas registradoras, pero no hay que dejar de pasar el efecto de tener delante de sus puertas vallas durante más de seis meses, socavones, ruidos, falta de accesos e incluso días en los que no pudieron abrir.

Desde que comenzaron las obras han cerrado en torno a unos 70 establecimientos y cuando parecía verse la luz, llega un auto que vuelve a tumbar las ilusiones de los locales de la ciudad. «Nos estamos planteando pedir daños y perjuicios, pero esperaremos a que sea firme la sentencia. Entonces estudiaremos en serio esta posibilidad porque está claro que ha afectado al comercio de la ciudad», expuso el representante de los Empresarios y Profesionales de la ciudad (Emproa), José Luis Cardoso.

«Esperemos que la difusión de esta Sentencia alerte a los ciudadanos isleños y sobre todo a los directamente perjudicados, como los comerciantes de la calle Real y adyacentes, que sus derechos están siendo restringidos por dos partidos políticos fundamentalmente: PA y PSOE, que pretenden pasar página a un error que ha acarreado la ruina de muchos de nuestros asociados». Hay muchas dudas en torno al proceso y por ello se prefiere ser cautos y esperar a que la Justicia dicte sentencia firme antes de dar cualquier paso.

Para los hosteleros tampoco ha sido plato de buen gusto ya que esperaban a las pruebas que se habían anunciado del tranvía en septiembre para asentar ya la calle Real. «Es una noticia pésima porque no sabemos si llegará el tranvía, cuándo lo hará, hasta dónde. Esperemos que haya noticias y que sean claro en todo este asunto», expuso Luis Robledo el representante de Horeca. También habla de la posibilidad de daños y perjuicios aunque no lo ve tan claro y prefiere no pronunciarse al respecto a la espera de ver cómo transcurren los acontecimientos.