ESPAÑA

El PP persigue una clara victoria el 22-M que fuerce el adelanto de las generales

Cospedal sitúa las locales como la «antesala» del triunfo de Rajoy y Arenas promete un «cambio sin riesgo»

TOLEDO. Actualizado: Guardar
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María Dolores de Cospedal se juega en unas semanas la presidencia de Castilla-La Mancha en unas elecciones en las que Mariano Rajoy no es candidato. Sin embargo, la imagen de ambos se funden en las banderolas que el PP ha instalado en las puertas del hotel de Toledo donde celebra su convención municipal. Se acabaron, por lo tanto, los eufemismos. Los populares ondean al viento su estrategia: convertir el 22-M en un plebiscito sobre José Luis Rodríguez Zapatero que, además, sea la «antesala» del aterrizaje de Mariano Rajoy a la Moncloa.

Esta postura, matizada por la cúpula del PP en público pero defendida y jaleada en sus foros internos, queda ahora totalmente al descubierto con un matiz añadido. Si el mapa político municipal y autonómico amanece el 23 de mayo plagado de gaviotas, José Luis Rodríguez Zapatero tendría muy pocos argumentos por agotar una legislatura que «agoniza». Este es el principal mensaje que transmitieron ayer en Toledo los dirigentes del PP que participaron en la jornada inaugural de la convención municipal.

Se trataría, por lo tanto, del último cartucho que le queda a Mariano Rajoy para lograr un adelanto electoral que, a su juicio, sería todo un «revulsivo» para la economía española.

«Voto a voto»

Pero las encuestas que manejan los populares señalan que los 15 o 20 puntos de ventaja que el PP le saca al PSOE en las generales quedan reducidos a la mínima expresión en las municipales. Cospedal reclamó ayer luchar «voto a voto» en todo el territorio español para que el triunfo popular sea incontestable.

La número dos del PP arengó a los 35 hombres y 15 mujeres que optan a las alcaldías de las capitales de provincia a predicar las 120 soluciones que incluye el programa marco municipal del PP y a prometer a los ciudadanos que siempre dirán la verdad. Una búsqueda del voto para la que no están solos. «Todos contamos con el aval de Rajoy», acotó. Parte de su intervención la dedicó a reprochar la «complicidad» de los barones autonómicos socialistas con José Luis Rodríguez Zapatero durante siete años. Puso el acento en que ninguno de ellos alzó la voz para quejarse por los recortes sociales acometidos por Zapatero, pero que sí protestan ahora porque «las encuestas les molestan más que una piedra en el zapato».

Una idea que apuntalaron en Toledo otros tres primeros espadas del PP: el vicesecretario de política municipal, Javier Arenas; el portavoz del Grupo Popular en el Senado, Pío García Escudero, y el vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, con una sintonía plena en sus alocuciones.

«Zapatero no se presenta (en las elecciones del 22 de mayo), y eso es verdad, pero sus políticas, sí», espetó Arenas. El dirigente popular, que no se enfrenta a las urnas porque Andalucía celebra sus elecciones en 2012, incidió en que el PP capitaneará «un cambio sin riesgo». Un convencimiento que explicó con una ironía: «No se puede estar peor de lo que estamos ahora». Advirtió, asimismo, de que cuando su formación llegue al poder no podrá bajar los impuestos a todos los ciudadanos como les hubiera gustado, «porque nos vamos a encontrar unas administraciones en peores condiciones de lo que dicen (en alusión al PSOE)». Sí menguarán la carga fiscal a pequeños y medianos empresarios y a los autónomos, tal y como se recoge en el programa.

Pío García-Escudero, en esta misma línea, afirmó que la sociedad española quiere un cambio político, porque «esto no hay quien lo aguante ni soporte» y, por eso, «hay que cambiar ya». Por si alguien albergaba alguna duda de lo que quería decir añadió «que Zapatero se va, todo el mundo lo da por descontado, lo importante es que el día 23 convoque elecciones anticipadas».

«Credibilidad»

El PP quiere que cale su principal mensaje ante el 22-M. Además de elegir a alcaldes, concejales y presidentes autonómicos los votos también determinarán quién apoya y quién desdeña las políticas del Ejecutivo socialista.

González Pons destacó la importancia de los próximos comicios porque «en ellos no solo está en juego quién va a gobernar las autonomías y ayuntamientos españoles sino porque nos jugamos la credibilidad de los políticos y lo que los ciudadanos piensan de los partidos». A los socialistas, entre otros muchos reproches, les criticó por haber llevado «la tristeza, la depresión y la falta de soluciones demasiado lejos». También entró de soslayo en el debate sucesorio en el partido que sustenta al Gobierno. «El problema del PSOE no es la cara del líder sino la caradura de sus políticas», apostilló.