Algunos prejubilados del grupo, que tampoco cobran, bloquearon ayer la salida de vino. :: JAVIER FERGO
Jerez

Los sindicatos dicen que Garvey entrará en concurso en un par de días

UGT y CC OO se reunieron ayer con el delegado de Empleo, mientras la plantilla continúa con sus movilizaciones

JEREZ. Actualizado: Guardar
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La situación por la que atraviesan las empresas bodegueras de Nueva Rumasa, concentradas en el grupo Garvey, no se diferencia de las del resto de divisiones como Dhul o Clesa, cuyas fábricas han estado sin actividad y sus empleados sin cobrar sus sueldos por el crítico momento que atraviesa el conglomerado propiedad de la familia Ruiz-Mateos.

Como en el resto de factorías, la plantilla de Garvey ya se ha echado a la calle para denunciar los impagos de la nómina, con concentraciones a las puertas de la bodega que comenzaron esta semana y que siempre inician a las tres de la tarde, una vez terminada su jornada laboral. Los sindicatos también han denunciado que algunas de las fábricas de la ciudad, en concreto la bodega Zoilo Ruiz-Mateos, ha sufrido el corte del suministro eléctrico, por lo que tampoco está produciendo con normalidad.

En este punto, los representantes de los alrededor de 400 empleados que Nueva Rumasa tienen en la provincia de Cádiz se reunieron ayer con el delegado provincial de Empleo, Juan Bouza, que les expresó su preocupación por el futuro de un número tan importante de trabajadores, y que les recalcó que era conocedor de la situación, «que solo podrá resolverse cuando la gestión de las empresas pase a otras manos», destacó ayer la secretaria de la federación agroalimentaria de UGT Cádiz, Francisca Romero.

De hecho, los representantes sindicales de los trabajadores de Nueva Rumasa en la provincia le expusieron ayer a Bouza su sospecha, sustentada en las «pocas informaciones» que tienen por parte de la dirección, de que será mañana viernes o como muy tarde el lunes cuando los Ruiz-Mateos decidan solicitar el concurso de acreedores para Garvey.

«Ese paso es lo mejor que le podría pasar a la plantilla», recalcó ayer Romero, que recordó que una vez se produzca este trámite «y la empresa esté en manos de administradores, se levantarían los embargos y se podría negociar con los acreedores, al tiempo que la plantilla volvería a cobrar con normalidad».

También se evitaría, a juicio de los sindicatos UGT y CC OO, que se puedan descapitalizar la empresa. En este sentido, hoy los delegados sindicales de Garvey se van a reunir con el presidente del Consejo Regulador del Vino, Antonio Fernández, a quien le van a pedir que actúe de oficio para controlar las salidas de mosto y de vino que se están produciendo estos días en las bodegas e instalaciones de Nueva Rumasa en el Marco.

Precisamente en impedir la salida de camiones o cualquier transporte se centró ayer por la mañana la protesta que el colectivo de prejubilados de Garvey, que tampoco está cobrando parte de su póliza, desarrolló a las puertas de la viña Cerro Viejo, propiedad del grupo y ubicada en la Cañada de la Loba.