Los 'okupas' lanzan consignas contra el dictador en el tejado de la mansión. :: AFP
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Jóvenes libios 'okupan' la mansión del dictador en Londres

Alegan que la vivienda pertenece al pueblo y no se fían de que el Gobierno británico la devuelva porque «ayuda a los tiranos»

LONDRES. Actualizado: Guardar
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La cara de Muamar Gadafi se balancea sobre el ático de una villa de tres plantas situada en Hampstead Garden Suburb, el más lujoso barrio de la capital británica. La silueta del dictador árabe está estampada en una sábana blanca junto a dos mensajes muy claros: «Fuera de Libia. Fuera de Londres». Unos jóvenes asoman, de pronto, entre el tejado abuhardillado de la mansión gritando eslóganes de protesta. Han tomado la casa del segundo hijo del general, Saif el-Islam Gadafi, valorada en más de 12 millones de euros.

«Hemos 'okupado' la vivienda de los Gadafi en solidaridad con el pueblo libio. Exigimos al Gobierno británico que devuelva las riquezas que Gadafi ha robado a los libios», dice el cabecilla de la protesta, un joven con la cabeza rapada que prefiere no identificarse. Pertenece a un grupo autodenominado 'Derrocar a los tiranos' que consiguió entrar en la suntuosa villa de ladrillo rojo a mediodía de ayer. Una nota legal, pegada en la puerta, es la señal habitual que advierte a los vecinos de que la casa ha sido tomada y que la policía ha de respetar los derechos civiles de sus nuevos inquilinos.

La voz pronto corrió entre la comunidad libia. Azeldin el-Sharif, de la Campaña de Solidaridad Libio-Británica, pretende convertir la residencia de Gadafi en refugio de sus compatriotas que malviven en un hostal de Londres y de «todos los que han podido escapar a la opresión y tiranía de Gadafi». «Queremos quedarnos aquí y disfrutar de la riqueza libia», señala con buen humor.

Hampstead Garden Suburd es un remanso de paz y poderío económico que ayer fue tomado por manifestantes, periodistas y fotógrafos. En la entrada de mansiones unifamiliares, con dobles fachadas y amplios jardines protegidos por muros y verjas, están aparcados los últimos modelos de Mercedes, Porches y BMWs.

Solidaridad con la revuelta

La casa de Gadafi está en el centro de un cuidado callejón sin salida, ocupado ayer por furgonetas de varias televisiones. Un vecino, que también se reserva su identidad, pasea con su perro mientras observa sonriente a los 'okupas': «Fantástico. Gadafi se lo merece», dice. A sus espaldas, el joven de la cabeza rapada lee un comunicado: «El Gobierno británico ayuda a los tiranos, las corporaciones y los multimillonarios. Esta casa pertenece al pueblo libio y no nos fiamos de que nos la devuelva», dice.

La desconfianza de los 'okupas' se extiende a un grupo de estudiantes que quieren entrar en la casa. Fabian Flues, un alemán que estudia Geografía en la Universidad de Londres, se enteró de la ocupación en Twitter y en pocos minutos pedaleó colina arriba hasta el elitista barrio. «Estoy aquí en solidaridad con la revuelta Libia. También nos hemos manifestado en la escuela pero quise venir por si necesitaban ayuda», explica. Jon Remlap, estudiante de Química de 23 años, simplemente busca diversión «independientemente de la causa que haya que defender». Con una lata de cerveza en la mano, no sorprende que los libios le cierren la ventana por la que entran y salen de la casa de Gadafi.

Un apoyo más eficaz está prestando Antler, un inglés que se ha adjudicado la tarea de «observador legal». Según explica, la policía se presentó horas atrás en la residencia y él se aseguró de que no forzaran la entrada ni detuvieran a nadie sin la debida orden judicial. Los derechos de los 'okupas' tienden a respetarse en Reino Unido y las fuerzas del orden se dieron la vuelta con las manos vacías. Por la tarde no había presencia de agentes en este habitualmente tranquilísimo enclave residencial del norte de Londres.