«La universidad debería ser más transparente en su financiación»

El secretario general adjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Aart de Geus, recomendó a las universidades andaluzas un sistema financiero «mucho más transparente que el actual, además de más efectivo». Estas declaraciones las hizo el representante de la OCDE en unas jornadas en Sevilla, basándose en un informe realizado por el organismo internacional sobre la educación superior en la región. Y recomendó al gobierno andaluz para que el sistema de financiación sea «más transparente, los incentivos más claros y se logre un compromiso especial con las empresas».

El representante de la OCDE se basa en cifras de las diez universidades andaluzas pero el ejemplo de la UCA podría ser el prototipo, ya que, según la memoria de 2009-2010, poco más del 5% de sus recursos procede de contratos de transferencia con el exterior y de capital de empresas privadas. El 95% de la financiación de la Universidad de Cádiz sigue dependiendo de las arcas públicas.

De Geus también conoce la complicada fórmula por la que las universidades andaluzas se reparten la tarta que cada año ofrece la Junta. Para este curso, el gobierno andaluz ha presupuestado 1.208 millones de euros para financiar los estudios superiores en Andalucía. Y la UCA dispone para el año 2010-2011 de 152 millones de euros, un 0,56% menos que en el ejercicio anterior. Pero el 'quid' de la cuestión está en entender cómo las universidades dividen el dinero público. «La fórmula es realmente complicada, pero es transparente», apuntó el ex vicerrector de Planificación y Calidad de la UCA, José María Rodríguez-Izquierdo, quien concedió que quizá el modo de financiación sea poco conocida por los ciudadanos.

Desde la consjería de Innovación, Ciencia y Empresa acalararon que en julio de 2007, «y cumpliendo con recomendaciones realizadas por la Comisión Europea», la Junta aprobó en consejo de gobierno el actual modelo de financiación de las universidades públicas andaluzas(2007-2011). Antes de esta aprobación, la financiación se otorgaba atendiendo,principalmente, a las necesidades de las universidades según el personal docente contratado por cada una de ellas. El sistema actual establece un sistema de reparto que «vincula directamente financiación y calidad, al entender que las universidades deben financiarse más por lo que hacen que por lo que son», según se explica en el propio texto del acuerdo.

Una parte importante de la financiación universitaria (30%) se asigna en función de los resultados y objetivos alcanzados en tres ámbitos: docencia, investigación e innovación, que coinciden con las funciones que tienen encomendadas las universidades andaluzas. Dentro de estos tres ámbitos, y entidad por entidad, se van evaluandodistintos indicadores comunes para establecer un baremo de calidad y otorgar así la financiación correspondiente. Los indicadores son diversos: número de titulaciones y posgrados impartidos; participación de la universidad en proyectos competitivos; implicación delprofesorado en la investigación científica; ingresos generados por la actividad investigadora; número de empresas de base tecnológica generadas; eficiencia y eficacia de los servicios prestados; prácticas en empresas del alumnado; acciones puestas en marcha para el fomento del empleo; movilidad internacional de los estudiantes, adecuación de la ratio profesor/alumno, entre otros muchos aspectos valorables.

La opinión gaditana la dio ayer Rodríguez-Izquierdo asegurando que todo es mejorable pero que este sistema es mejor que el anterior.

Tras aplicar una compleja regla a la universidad de Cádiz le corresponde el 8,4% del presupuesto público andaluz. Para contexturlizar esta inversión, entre las de Granada y Sevilla (las más importantes en presencia en Andalucía) acaparan el 50% de los fondos y la Universidad de Málaga, el 16%. En total, casi el 70% del contenido de las arcas andaluzas va a para a estas cuatro universidades. Las otras seis se las arreglan con el 30% restante.