Más de cien de inspectores velan por que se cumpla la ley antitabaco

Desde el pasado 2 de enero todos los ciudadanos saben dónde está prohibido encender el cigarrillo, cómo denunciar a los infractores y hasta las multas a las que se enfrentan si no respetan la norma. Lo que muchos no saben es quién tiene autoridad para sancionarlos y cómo se va a controlar el cumplimiento de la norma.

Durante la primera semana de vigencia no se han detectado apenas incidencias. Con 17 grados de temperatura en la calle resulta fácil respetar la ley: café o almuerzo en la terraza, donde no hay prohibiciones para el tabaco y una salida entre cerveza y cerveza. Sin embargo, los hosteleros se mantienen alerta para que a nadie se le ocurra encender el pitillo dentro. La multa puede ser compartida y no están las cosas para descuidos.

Pendientes de que se cumpla la ley están más de un centenar de inspectores de Salud Pública, que son los responsables de velar por esta norma, según explicaron fuentes de la Delegación provincial de Salud y Consumo. Desde principios de año realizan visitas rutinarias para comprobar que se hayan retirado los ceniceros y estén todos los carteles en regla. Este control ya se mantenía con la primera norma y no está previsto que aumente mientras no haya motivos.

Sin embargo, la Policía Local y la Autonómica puede levantar actas de infracción que luego llegarían a la administración. Por lo pronto, no se ha solicitado que se hagan rondas ni se mantenga una vigilancia especial.

Los agentes locales, que dependen de cada ayuntamiento, consideran que carecen de competencias para intervenir en este caso. Francisco Rama, portavoz del Sindicato de Policía Local (SPL), explica que desde que entró en vigor la primera ley siempre se han mantenido al margen. «Se acude cuando hay un llamamiento y se puede levantar un atestado, pero en ningún caso tenemos autoridad para multar a nadie», explica. Por eso mismo optan por emplazar al ciudadano a que haga el llamamiento a la Policía adscrita a la Junta. Pero estos agentes no han recibido orden de aumentar el control. Los que sí empiezan a notar la diferencia son los hosteleros que han mostrado una férrea oposición a este cambio. Ayer mismo, la federación empresarial Horeca calificó de «muy malos» los efectos de la ley antitabaco. Ya empiezan a hablar de pérdidas del 80% en algunos establecimientos y avanzan que pronto habrá despidos por no poder soportar la situación.

Según señaló a Europa Press el presidente de Horeca , Antonio de María, se están produciendo avisos por parte de numerosos establecimientos hosteleros en relación a pérdidas que podrían acarrear consecuencias traumáticas, como despidos, en caso de que la situación no se modifique «de aquí a final de mes».

Por eso mismo, señaló que, aunque que la nueva norma apenas lleva nueve días en vigor, lo cierto es que «no pinta nada bien» para el sector. En este sentido, manifiesto que «hasta un niño pequeño sabría que, en plena crisis, no era el mejor momento para la puesta en marcha de esta medida».

«No había que ser muy inteligente para saberlo», abundó en esta línea el presidente de Horeca. Además, lamentó que cuando desde la Administración «no se atiende a los razonamientos, sino a impulsos, pues así nos va».