Peter Caruana, durante una intervención. :: LA VOZ
CAMPO DE GIBRALTAR

Caruana: «No hemos pedido a los ingleses que se declaren en guerra»

El ministro de Gibraltar avisa de que no cederán la jurisdicción de las aguas por no desestabilizar la labor de cooperación con España

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, valoró ayer el acuerdo alcanzado para reanudar las reuniones técnicas del Foro Tripartito dejando a un lado las cuestiones relativas a la soberanía de las aguas, que deberán abordarse en una reunión de «contenido político». A pesar del buen talante advirtió de que las autoridades de la Roca «no van a ceder la jurisdicción y la soberanía británica por no querer desestabilizar el ambiente de cooperación» entre España, Reino Unido y Gibraltar.

Caruana dejó claro que desde Gibraltar «no se van a suspender las reuniones técnicas» del foro, «ni siquiera las de cooperación policial». Además, insistió en que simplemente «se dijo que no se podía hablar en las reuniones técnicas de cuestiones relacionadas con las aguas hasta que no se aclarase a nivel político el tema de fondo». Estas cuestiones se abordarán la próxima semana en Madrid en una reunión ya de contenido político donde se verá si es posible colaborar en temas relacionados con las aguas.

El ministro principal de Gibraltar apuntó que para que sea posible un acuerdo es necesario alcanzar un «punto de encuentro» que, teniendo en cuenta las diferentes posiciones de España y de Reino Unido y Gibraltar respecto a la soberanía, permita la «colaboración con relación a las aguas» sin que ninguna de las partes «se vea perjudicada».

«Si es posible esas instrucciones se pasarán al grupo técnico para que las tengan en cuenta y forme la estructura de la negociación, pero si decidimos que no hay fórmula no será posible colaboración en relación a temas marítimos y que afecten a las aguas», indicó Caruana. No obstante, lamentó que «durante los últimos 18 meses haya habido un endurecimiento claro de la actuación por parte de España, que siempre ha tenido el punto de vista de que las aguas son suyas y no de Gibraltar».

En este sentido, reclamó una «vuelta al 'status quo' anterior, a lo que todos los gobiernos de España han considerado necesario sin tener que pasarse de ahí para defender la teoría en relación con las aguas». Así, apuntó que «lo que no es aceptable para Gibraltar es que en paralelo con una política de cooperación con relación a las aguas haya un endurecimiento del tipo de incursiones y de intervenciones ejecutivas por parte de España».